Mi sueño es bailar

Michael Nunn y William Trevitt
Michael Nunn y William Trevitt

Y no, no es una inocentada. Y los lectores más malignos pueden dejar der reirse que no es que me haya dado por cambiar de vida y dedicarme al mundo del baile a estas alturas, y menos con el salero de pato mareado que tengo.

Mi sueño es bailar es el título de un reality que el canal Bio estrenó en agosto y que he descubierto en su actual reposición. De los productores de American Idol, y So you think you can dance nos llega este casting en vivo en el que los dos prestigiosos bailarines y coreógrafos Michael Nunn y William Trevitt, fundadores de los BalletBoyz, reciben el encargo de crear una compañía de baile en Estados Unidos, para salir de gira con So you think you can dance, pero sobre todo para actuar en una gala benéfica. ¿La pega? La gala tendrá lugar en 28 días, que es el plazo que tienen para seleccionar a los doce bailarines finales, entrenarlos y coreografiar todos los números de la gala (unos diez si mal no recuerdo).

Seguro que más de uno ya ha pensado en A Chorus Line, el estupendo musical de 1975 que se llevó al cine en 1985 por Richard Attenborough, y protagonizado por Michael Douglas. Pero las similitudes se quedan en el hecho del casting.

Por lo demás, Mi sueño es bailar es un estupendo reality en el que vemos a dos grandes profesionales seleccionado a muy distintos perfiles de bailarines con el objetivo de llegar a la gala. Y si tuviera que ponerle alguna pega es precisamente ésa, el hecho de que todo tenga que ir tan deprisa a causa del exiguo plazo que les dan a cabo para sacar la gala adelante.

Ha sido un poco estresante el ver cómo sucede todo tan deprisa si bien es de agradecer que no se hayan ido por las ramas y que la mayor parte del tiempo la ocupe el baile, el baile y después el baile.

Aunque por otro lado, me habría gustado que hubieran tenido más capítulos, que hubiéramos sabido más de los bailarines y que se hubiera profundizado en alguna de las historias de ellos, sobre las que en el mejor de los casos se pasa por encima, y en el peor no sabemos más que el nombre del bailarín.

No obstante he disfrutado cada uno de los episodios y aunque no os guste el baile, disfrutaréis de este viaje en el que se ve como con mucho esfuerzo y dedicación se puede crear algo muy hermoso en tan sólo 28 días.

 

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