Donación de vivo de riñón Cap 1: Te doy un riñón pero no una noticia

Preparaos para una serie de artículos en los que voy a contar el proceso de donar un riñón en vivo. No es el tema principal de este blog, pero me animé al ver el vídeo de Ginatonic y su TPE, y  he pensado que podría servir de ayuda y guía a aquellas personas que se encuentren en una situación similar, que desafortunadamente son muchas.

Cap. 1: “Te doy un riñón pero no una noticia”

Siempre me hizo gracia esta frase de mi primo Javier Barrera que solía decirle a los compañeros periodistas y, pese a ello,  amigos: “Te doy un riñón pero no una noticia”. Era su forma de expresar su cariño, pero dejando claro que la rivalidad en el trabajo periodístico no hay amistad que la supere, o como dirían los gallegos “amiguiños sí, pero a vaquiña polo que vale”.

Si os dáis cuenta el riñón es algo que consideramos valioso y decimos que algo nos “cuesta un riñón” cuando es muy caro. De hecho yo sólia bromear con mi hermana Olga cuando venía a casa y aprovechaba para llevarse algo de la nevera: “Te cojo un litro de leche por no entrar en el super, y ya que estamos un par de manzanas y una botella de agua” y yo, entre bromas, le decía: “claro, ¿qué más quieres, un riñón? mientras señalaba mi zona lumbar levantándome la camisa. Y el karma se vengó de mí 😀

Mi hermana no es periodista así que no tenía el más mínimo interés en que le diera una exclusiva, pero mira tú por donde el riñón sí que le iba a hacer falta…

Todo empezó hace un par de años cuando sufrió una pielonefritis, algo relativamente común y que no tiene por qué dejar secuelas en los riñones (yo misma he sufrido dos “pielos” sin consecuencias mayores), sin embargo la suya fue el comienzo de una serie de infecciones que le hicieron ir perdiendo función renal poco a poco.

El diagnóstico no fue fácil ni rápido, y fue hace algo más de un año, estando  ella ya  más o menos en el 35% de función renal, cuando le dijeron que el horizonte era diálisis, pero sin prisas, como en unos 5 o 10 años. En aquel mismo momento pregunté si el transplante era una opción y si yo podía ser candidata, ya que entendía que entre hermanos la compatibilidad es mayor. El doctor Torres dijo que ésa era la mejor opción, pero que con calma, que aún teníamos tiempo…

En este último año han continuado las pielonefritis, es lo que perspicazmente llaman “pielonefritis de repetición”, y con ellas venía el descenso en picado de la función renal de mi hermana, así que a comienzos de verano, y con una función renal del 12%  ya nos plantearon el transplante como la vía a seguir, y de paso me encargaron algunas analíticas para empezar a “educarme como donante“, aunque dejaríamos pasar el verano a ver qué tal iba todo.

Así, a primeros de septiembre me fui a hacer esa analítica en la que me sacaron sangre como hacer La Matanza de Texas 7, y lo peor, la prueba de la curva de glucosa, que en mi caso incluyó dos horas de espera en reposo. Eso fue un lunes, 1 de septiembre (en la foto me veis con cara de qué ganas tengo ya de un cafelito y un pitufo con tomate), y el jueves día 4 ya me estaba llamando el Dr. Frutos, de la Coordinadora de Transplantes de Carlos Haya para quedar conmigo y con mi hermana y empezar con mi “educación del donante“. Yo le dije: “¿no será mejor educar al cirujano? que yo ya estoy bien educadita…”

Pero todo eso ya os lo contaré en el Cap. 2: La buena educación

14 comentarios en «Donación de vivo de riñón Cap 1: Te doy un riñón pero no una noticia»

  1. Gracias Asun, ya deseando otro viaje juntas, y con Susana claro 🙂

    Susana, te lo agradezco pero no hago nada que no hiciera nadie por un ser querido 😉

  2. Pingback: Bitacoras.com

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