Así se hace un número uno

Julio Bocca
Bailarín
Mi madre era profesora de danza y yo entraba en sus clases con mi chupete y me ponía a bailar. A los 8 le dije: “Quiero estudiar danza”. Cogía solo el tren a las 6 de la mañana para ir al teatro. Luego me iba a la escuela y mi madre me recogía a las 11 de la noche, cuando salía de trabajar. Me dejaban dormir sobre la mesa de la escuela hasta que ella llegaba. Pero fue una infancia maravillosa.

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