Dos de cortos

La web de Nacho Vigalondo, candidato al Oscar en la categoría de mejor cortometraje, ya está accesible tras los primeros días de saturación, y en ella podéis ver el trabajo seleccionado por la academia estadounidense.
Además, el Festival de Sundance ha incorporado este año los cortometrajes a su página web, y según ellos son el primer festival que utilizan Internet como un teatro de cuatro paredes donde estrenar los trabajos recibidos. Primero se estrenaba en Park City para después llegar a la página web desde dónde es accesible a todo el mundo. (Vía Pixel y Dixel)
Son sin duda dos magníficas iniciativas que ayudarán a que mucha gente tenga la oportunidad de ver cine en este género.
En este mundo, como en todos, también hay autores cuyo desmesurado ego les impide autorizar la exhibición pública de sus trabajos, recordando a esos nativos que no querían ser fotografiados por la creencia de que se les robaba un trozo de su alma.


Sobre este tema recuerdo un post de Nacho Escolar referido al mundo de la música, pero perfectamente aplicable al cine, en el que hablaba de como las licencias copyleft son una buena idea para este tipo de trabajos. Entresaco dos párrafos y os recomiendo su lectura completa.

La definición más corta de estas licencias es que son la gama de grises entre el blanco del todo gratis y el negro de todos los derechos reservados. Tienen muchos más usos, pero, en el caso de la música, permiten compartir algunos de tus derechos como autor, renunciar a parte de tus ingresos, a cambio de otros beneficios indirectos. Es invertir para ganar más. Pero no es un modelo de negocio utópico. En realidad, todos los músicos del planeta son ya copyleft, aunque la única diferencia es que la mayoría renuncia a sus ingresos a favor de las discográficas en lugar de invertirlos en ganar más público…
…También hay una gran razón artística: esa cosa de comunicar y de la necesidad de crear que decimos los músicos cuando nos podemos pedantes y no estamos borrachos. El arte es la manera que tenemos algunos de buscar la inmortalidad. Los músicos, los creadores, soñamos con que nuestra obra sobreviva a nuestra muerte. Pero para que el arte siga vivo, debe ser usado, manipulado. Para que una idea perdure, tiene que crecer y multiplicarse. Tiene que copiarse. Por favor, pirateen mis canciones.

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