Calidad de vida

Vivimos a cien por hora. Trabajamos 12 o 15 horas diarias y todo ello para poder hacer frente a una hipoteca, pagar el coche que necesitamos para ir a la otra punta de la ciudad para ganar el dinero que nos permitirá pagar el coche y la hipoteca, e intentar tener un hogar cómodo, confortable y bonito.
Esto a veces implica una serie de esfuerzos que se nos escapan de las manos. Lamentablemente he visto en mi entorno personas obsesionadas con todo lo material, deseando siempre una casa más grande, un coche más grande, un vestido más caro, y unas vacaciones más lejanas.
Se supone que todo incrementa nuestra “calidad de vida”. ¿Es eso cierto? Desde que tuve la suerte de poder irme al Caribe de vacaciones me he replanteado qué es la verdadera calidad de vida, ya que allí con mucho menos son bastante más felices. Desde entonces creo que el mundo occidental se ha vuelto un poco loco y se halla inmerso en una círculo vicioso de consumismo difícil de frenar.
A todos nos gustan las buenas casas, los buenos coches, buenos muebles, buenos móviles, buenos ordenadores… Pero al final ¿qué ocurre? Que uno se pilla un rebote increíble cuando descubre que le han arañado el Mercedes, o el carísimo mueble de anticuario, o la pantalla de nuestro fantástico móvil multimedia, g3, umts, jdt…
Y en estas digresiones estaba yo cuando me topo el otro día con esta entrevista a Mª Ángeles Duran, catedrática de Sociología, en el Diario Sur, que aunque habla de otras cosas, también se relaciona con esto:

«Ser tan exigente en el hogar reduce el tiempo libre»

… ¿valoramos la calidad de vida tanto como nos cuesta? Si en lugar de mobiliario Ikea, preferimos muebles sofisticados y delicados; si en vez de un sandwich, queremos comida elaborada; cuando seguimos sin conformarnos con sábanas de tergal o alfombras que puedan meterse tranquilamente en la lavadora…, bueno, son exigencias que tienen como contrapartida mucho trabajo. Mientras no se cambie de actitud, las mujeres no podrán sacar más tiempo libre. Y es que esa sobrecarga no es sino el precio de la libertad de elección: trabajar fuera de casa no libra de seguir trabajando en el hogar.

Y sólo me queda decir: ¡Qué razón tiene!

9 comentarios en «Calidad de vida»

  1. Es la pescadilla que se muerde la cola. Creo que mejor que el dinero es el tiempo libre. No hay dinero que pague ese tiempo.
    La gente se pasa horas y horas trabajando para pagarse, por ej., un carísimo Mercedes, pero luego no dispone de tiempo para disfrutarlo. Y lo tiene muerto de risa en el garaje.
    Entonces mejor no hacer esas horas y disfrutar el tiempo libre sin ese cochazo.
    Bueno, me voy pitando que han llegado mis vacaciones. 😉
    Besos y buen verano. 😉

  2. Que las disfrutes corsaria 🙂
    Y tómate una copita a la salud de tooooooooooooooodos los blogs que nos sentiremos un poco huérfanos sin tus comentarios 😉

  3. Hola a tod@s.
    ¿Por qué será que las cosas que REALMENTE dan la felicidad a las personas son precisamente las que no se puede comprar porque no tienen precio?.
    A ver, que alguien me diga cuánto cuesta la Libertad, la Paz, el Amor, la Amistad, la Sabiduría, la Creatividad,….. y de camino que me diga si hay algún sitio dónde se pueda comprar, de rebajas, por favor, si fuera posible.
    La muerte está tan segura de su victoria que nos da toda una vida de ventaja.
    Un saludo. WhiteShark.

  4. El otro día leí un libro de Trias de Bes de esos de autoayuda que se llama el vendedor de tiempoque habla precisamente de esto. (http://www.casadellibro.com/fichas/fichabiblio/0,1094,2900001044661,00.html)
    Porque a cambio del cochazo y el chalette, lo que vendes es lo único que nunca te podrán reponer: tu tiempo.
    Yo creo que llega un momento en que tienes que plantearte, ¿Quiero pasarme 12-15 horas al día en una oficina odiosa o quiero vivir un poco?
    Claro que si ya tienes la hipoteca, el préstamo del coche, la lavadora, la play, el ipod, la cámara digital… a veces no es tan fácil salirse de la rueda.

  5. yo en mi caso.. por ejemplo a la hora de comprar mi piso… he preferido comprar uno humilde… de segunda mano… en plena ciudad… barato… en lugar de uno caro… alejado de todo.. etc..
    porque prefiero no vivir tan ahogado con una hipoteca.. y disfrutar ese dinero en otras cosas… que es lo que realmente me hace feliz.. al fin y al cabo pasamos bastante poco tiempo en nuestras casas.
    De todas formas es algo muy personal.. cada uno elige como quiere vivir…
    offtopic: Sonia please ! mira mi blog… q necesito la ayuda de todos para una cosa, y valoro mucho tu opinión ! 🙂

  6. Una forma un tanto romántica de catarsis es acudir a ese rastro o mercadillo en busca de pequeños lujos económicos de los que siempre podremos presumir una vez conseguidos (con lo cual la gratificación es doble): ese accesorio para el baño, colcha estampada, lámpara artesana, unas postales en blanco y negro, etc. y no digamos si encontramos ese disco descatalogado o aquélla edición de un libro que ya no está en las librerías…¡y todo conseguido a un buen precio!
    Está claro que no se consigue así pagar una hipoteca o un coche pero nos aporta la pequeña y efímera felicidad necesaria para hacerles frente.

  7. Depende de lo que uno necesite en esta vida para sentirse alguien, hay quien necesita de lo material, es trisre pero es asi.

  8. Lo material lo necesitamos todos, unos para sentirse alguien comprarán lo más caro que se puedan permitir aunque sea algo superficial.
    Lo necesario para vivir cotidianamente es material y desgraciadamente gran parte de las necesidades de disfrute intelectual como la lectura o la música son caras y llevan aplicado el iva…Cada uno sabrá lo que necesita para sentirse alguien.

  9. Uno es esclavo de sus necesidades segun necesite proyectarse en la sociedad. la pobreza de espiritu va ligada a la maxima tanto tengo tanto valgo.

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