Entre todos: ojalá no fuera necesario

Entre todos TVEMe he quedado un poco atónita con la expectación causada por el estreno de Entre todos, pero sobre todo con las críticas tan viscerales que ha despertado a cuenta de la supuesta exhibición de miserias de familias españolas.

UntitledY estaba pensando en ello cuando vi este anuncio en una marquesina de autobús. Qué por otro lado no es de los más duros, pero cuya idea general se fundamenta en lo mismo: en la personalización de la ayuda, en ayudar a alguien concreto, con nombre y apellidos a salir o en este caso, evitar una enfermedad terrible. Y no oigo voces criticando estas campañas, o las de recogida de alimentos, o las impactantes campañas de la Dirección General de Tráfico.

Me sorprende por ello tanto ruido ante un simple programa de televisión, y me parece que algunas de las críticas son bastante demagógicas, sobre todo aquellas que se fundamentan en que es el gobierno a quién debería exigírsele que solucionara esos problemas, y no a un programa de la televisión pública. ¿Pero qué tendrá que ver el tocino con la velocidad? Por supuesto que sería el gobierno quién debería proteger a sus ciudadanos y no permitir ciertas situaciones en un país supuestamente del primer mundo. Pero la situación es la que es. Sólo puedo entender esas críticas desde la vergüenza que pueda suponer a algunos que exista un programa así, que se vean las situaciones tan críticas y tercermundistas por las que están pasando bastantes familias. Y, admitámoslo, a mí también me da un poquito de vergüenza ajena. Ojalá nadie necesitara un programa como Entre Todos o Tiene Arreglo. Y dicho esto, cuestiones televisivas aparte que abordaremos en el siguiente párrafo, a mí me sigue emocionando ver cada día como la gente se vuelca para ayudar a otros, a veces con lo mínimo, pero haciendo montaña grano a grano. Además, todos estos hipster televisivos deberían ver estos programas como crowdfunding de personas, a ver si así se irritan menos 😉

Eso no quita que el programa te puede gustar o te puede parecer un pestiño. Lo mismo con respecto a la presentadora o los colaboradores escogidos, de los que sospechó que alguno puede ser un replicante de soso que es… Pero ésa es otra cuestión. Todo lo repetitivo cansa, y en este caso puede ser incluso peor, porque la reiteración en casos similares puede llevar a que la audiencia se habitúe y deje de emocionarse, de sentirlo, y sobre todo deje de ayudar. Pero Canal Sur anunciaba hoy en el estreno de su tercera temporada de Tiene Arreglo que ya  han ayudado a más de ocho mil personas, lo que no es ninguna tontería.

Por eso repito: ojalá no fuera necesario. Ni este programa, ni ningún otro similar. Pero dada la situación, desde luego que me parece pertinente que sean las televisiones públicas, cumpliendo su deber ser servicio, las que afronten estos formatos.

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