Leo con estupor que The Middle East Broadcasting Corporation está preparando una versión especial de gran hermano donde un grupo de mujeres competirán por un marido previamente concertado.
No. No es broma, aún no es 28 de diciembre. Podéis leerlo aquí
Hace unas semanas ví una película llamada My little eye (La cámara secreta) que trata de unos chicos que se encierran en una casa con cámaras, a cambio de un millón de dólares, eso sí, siempre que ninguno de los jugadores abandone. El objetivo real del juego era bastante más terrórífico de lo aquí debo desvelar.
Sin embargo esa película me hizo pensar en que cuando vimos El show de Truman muchos pensábamos que nadie se sometaría conscientemente a esa vigilancia orwelliana de un gran hermano. Cuán equivocados estábamos. En España ya vamos por cinco ediciones de “Gran Hermano” y parece que esto no tiene fin.
Ahora encerramos a un grupo de chicas cuyo premio será un marido al que diligentes psicólogos habrán seleccionado para ellas. Ha habido grandes hermanos dedicadoso a gordos cuyo objetivo era adelgazar, grandes hermanos itinerantes en autobús, y otros que buscaban su pareja ideal.
¿Qué será lo próximo? Se me ocurre, puestos en lo peor, que tal vez podíamos meter a un grupo de enfermos terminales, cuyo premio fuera una eutanasia legal. O matrimónios estériles que compitieran por un tratamiento de fertilidad, o jóvenes adolescentes que quisieran pasar por el quirófano para aumentar sus pechos. Las posibilidades son infinitas.
Lo preocupante del tema es que habrá quién alegue que los matrimonios concertados forman parte de la “identidad cultural” de estos países y que por tanto es perfectamente normal que se haga así. Y se me ocurre que ya puestos, podemos aludir a la identidad cultura de algunas tribus africanas, para montar un gran hermano de preadolescentes que compitan para librarse de una ablación.
Lamento si he sido un tanto cruel, pero me aterra pensar en lo que las productoras están dispuestas a hacer con tal de conseguir incrementar sus índices de audiencia.
Tiempo al tiempo…