Hoy publica el New York Times un artículo donde expone que los conservadores acusan sistematicamente de que los medios reflejan una tendencia liberal en temas como el aborto, el control de armas o el matrimonio entre homosexuales.
Y ahora, a dos meses de las elecciones, Kevin A. Hassett y Jr. de Juan R. Lott, miembros de American Enterprise Institute, organización conservadora de Washington, acusan a los periodistas económicos de inclinar la noticas de este sector, claramente a favor de los demócratas.
Para demostrarlo, han analizado los titulares de 389 periódicos, desde enero de 1991 hasta mayo de 1994, lo que abarca la administración de Bush padre, de Bill Clinton, y de Bush hijo, y descubrieron que Clinton recibió muchos mejores titulares que los dos presidentes republicanos.
Sin embargo Jack Shafer, crítico de Slate, no concede mucha credibilidad a este estudio por estar basado únicamente en los titulares y no en los artículos completos.
Otros, como Jim Naureckas, periodista ubicado en el lado izquierdo del espectro político, sostiene que los medios tienden a ponerse del lado del punto de vista del negocio, pues dependen de la publicidad de ellos.
Y claro, esto me recuerda por ejemplo al caso del Prestige dónde se oyeron algunas cosas muy feas, como que algunos medios fueron amenazados por una gran centro comercial para que no publicaran nada del asunto, si no querían ver retirada su publicidad.
Entonces ¿hasta qué punto son independientes los medios a la hora de seleccionar qué noticias resaltar y cómo hacerlo? ¿Son los directivos (que buscan rentabilidad) o los profesionales del periodismo quién decide la línea editorial? ¿Hasta dónde llega la independencia del redactor final? ¿Realmente podríamos creer que por ejemplo todos los redactores de la SER son de un lado, y todos los de Ondacero son de otros?
Estas y otras preguntas, son las que debe hacerse cualquier lector cuando está leyendo una noticia, de cualquier medio. Porque el concepto de “prensa independiente”, es algo de lo que ya casi no nos acordamos.
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