El País publica hoy un bonito editorial sobre la protección infantil contra la telebasura que perfectamente podría ser un ejemplo para los estudiantes de periodismo de cómo rellenar cuatro párrafos y no decir absolutamente nada.
Como muestra un botón (las negritas son mías):
Y yo voy a añadir algo incluso más obvio que todo este editorial, que ya es decir:
Las soluciones son muy sencillas:
1.- Obligar a cumplir la directiva comunitaria al respecto.
2.- Crear de una vez el órgano audiovisual independiente con potestad para determinar lo que está dentro de los límites y lo que no. Si ya funciona en la mayoría de países europeos, no sé por qué nosotros íbamos a ser distintos.