Pero lo más divertido de esto, es que el pago fue a Armstrong Williams, conocido comentarista conservador. O sea, que ni los de su propia cuerda lo apoyan “incondicionalmente”.
Pero lo más divertido de esto, es que el pago fue a Armstrong Williams, conocido comentarista conservador. O sea, que ni los de su propia cuerda lo apoyan “incondicionalmente”.