El pasado mes de septiembre me preguntaba si era permisible la utilización de niños en un show televisivo.
Comentaba entonces la existencia del programa Wife Swap que consiste en el intercambio de esposas entre dos familias de manera que los primeros cinco días la recién llegada vive según la familia que la recibe, para pasar a imponer sus normas en la segunda parte del programa.
Reconozco que sonaba peor de lo que está resultando. El programa en cuestión se está emitiendo actualmente en People & Arts y hay algunos capítulos verdaderamente sorprendentes.
En concreto, la familia cuya foto ilustra esta entrada era una de esas familias que te ponen los pelos como escarpias. Los padres tienen un “azotador” en cada habitación, que no dudan en usar si no se siguen sus normas. En esa casa, todas las tareas de limpieza son realizadas por los hijos, que como veis tampoco es que sean muy mayores. Además, los niños no han ido jamás a la escuela, sino que aprenden en casa tutorizados por su madre. Por descontado que tampoco toman nunca chucherías, ni ven la televisión, y son vegetarianos.
Evidentemente la gracia del asunto consiste en encontrar la familia totalmente opuesta a ésta, y así encontraron una madre que alimenta a sus hijas a base de comida basura, y carga además con todas las tareas del hogar ya que, aunque le gustaría compartirlas, las hijas no se prestan demasiado.
El resultado, como podéis imaginar es digno de ser visto. Pero sí diré que en muchas ocasiones es sorprendente ver cómo ambas familias aprenden algo de la otra, y habitualmente sus vidas cambian para mejor. En este caso concreto, entre otras muchas cosas, el azotador desapareció, y los niños ya podían comer alguna chuchería de vez en cuando.
Además, en otros capítulos hemos visto destrozar estereotipos como en el caso de una familia punky-rock “contra” una ultrarreligiosa, resultando ser los niños punkies bastante más educados y comprensivos que los baptistas que pensaban que los otros estaban poseídos por el diablo.
Y así podría contar muchos casos en que, aún siendo un espectáculo televisivo, hay además un compenente didáctico importante, tanto para padres, como para hijos.
Y todo esta introducción viene a cuento por esto:
Y claro, no cabe más que preguntarse ¿algien de esa secretería de la mujer ha visto algún capítulo de la serie? Lo digo más que nada porque es cierto que en algunos de ellos se ofrece una imágen estereotipada y sexista de la mujer, y en otros una imágen machista y retrógrada del hombre, y en muchos casos los niños te hacen pensar en la canonización de Herodes.
Ahora bien, de lo que se trata precisamente es de eso, de que esas esposas vean que hay maridos que comparten las tareas, y esposos que ven que hay mujeres dispuestas a plantarles cara, e hijos que aprenden que sus madres no son sus esclavas.
Los seguidores habituales de esta bitácora saben que no soy una gran defensora del reality show, sin embargo creo que es bueno establecer diferencias, e invito a verlo, tanto en People & Arts, como en Telemadrid, si finalmente se emite