Cuando uno está griposo lo mejor es reposar y dejar que se acumulen los correos y los feeds. Así que lo normal es apoltronarse delante del televisor e intentar ver algo de calidad. Es en estos días cuando suelo dar gracias de pagar el satélite.
Mis razones para pagar el satélite son:
– Canales temáticos
– Películas sin publicidad en los canales del Plus
– Publicidad moderada en los canales de entretenimiento
– Eventos deportivos como torneos de tenis o de rugby
– Y algún otro que el estado semifebril me habrá olvidar
En cualquier caso considero que, aunque algo caro, me compensa pagar la mensualidad a cambio del servicio que me ofrecen, ahora sí, jamás contraté el satélite para ver un partido de fútbol. Creo que jamás he visto un partido de fútbol a través del satélite, y el único momento en que hemos puesto fútbol en esta casa es cuando mis hermanos y sobrinos vienen a visitarnos.
Entonces bien, ¿puede alguien explicarme por qué demonios tengo que soportar que cada vez que cambio de canal me salga media pantalla ocupada recordándome que compre no sé qué puñetas de partido entre Real Madrid y Barcelona?
¿Acaso no existe un historial de cliente que deja bien claro que no me interesa lo más mínimo el maldito partido, y que jamás he comprado un partido?
¿Es que no pueden dejar de acosarme y molestarme?
Hasta el moño estoy, oiga.