Hay programas de televisión que aunque el tema no sea de tu interés te enganchan, sin saber uno muy bien por qué.
Mi teoría al respecto es que la televisión hecha con calidad engancha, por más que el tema no te interese. Ya os lo contaba con American Choppers, y ahora se vuelve a dar con “Oído Cocina”, un dramality español sobre una escuela de cocina cuyos alumnos proceden de clases desfavorecidas. Son jóvenes sin formación, algunos ex-reclusos y ex-toxicómanos que intentan encontrar en la hostelería una salida profesional, y con ello la posibilidad de un futuro mejor. Un futuro normal.
Mis dotes culinarias se limitan a conocer en profundidad todas las opciones que mi microondas me ofrece. Sin embargo, este programa va mucho más allá de enseñar a 15 jóvenes a cocinar, servir bebidas o a montar una mesa. Se trata de enseñarles disciplina, seriedad, orden y profesionalidad.
Cinco son los profesores que les enseñan: Tres cocineros que son Diego Ferrer, Jesús Santos y Sergio Fernández, José Luis García, experto en intervención psicoeducativa de menores en conflicto y desamparo social, y Óscar García, profesor de sala. Todos ellos realizan una labor impecable, no sólo como docentes sino como consejeros, e incluso hermanos mayores de estos chicos cuya actitud ante la oportunidad que les están dando, no es siempre la más adecuada.
En el último capítulo vimos incluso como Ferrer, director de la escuela debía acudir al piso donde se alojan los estudiantes para comprender la desidia y apatía de algunos de ellos ante la formación que se les está ofreciendo. El resultado no podía ser otro que la expulsión de una de las alumnas, plaza que será ocupada por un joven gallego al que conoceremos mejor la semana que viene.
El objetivo final: abrir un restaurante en Madrid, con la colaboración de Intervida, en el que trabajarán los alumnos de la escuela.
Hasta que ese momento llegue, podemos disfrutar de su evolución cada vierners, sobre las diez menos cuarto de la noche, en Cuatro TV.