E intento hacer memoria. Y no recuerdo haber escuchado nada como “Flavio Briatore, y su nueva novia, varios lustros menor que él” o Donald Trump o tantísimos otros. Si acaso se pone algo del tipo “su joven esposa“, con cierto tono de admiración y congratulación por haber conquistado a una mujer bella y joven.
Sin embargo, cuando es la mujer la que es mayor, siempre (pero siempre) se hace alusión al hecho, cómo en el caso de Demi Moore o de Eugenia Martínez de Irujo y “su joven novio” Gonzalo Miró.
Y encima se da la ironía de que en estos dos casos son dos espectáculares mujeres, sobre todo la Moore, que ya quisiera estar yo como ella a su edad. Lo que no sucede en el caso de los varones.
Este sexismo oculto es para mí lo que debería preocuparnos de verdad, y no ese absurdo “lenguaje de género” que no conduce a nada más que a estupideces como “periodistas y periodistos”.
Y el tema de la diferencia de edad me recuerda una anécdota que sucedió hace poco y que alteraré algo para no identificar a los protagonistas, de sobra conocidos.
Trascurrió básicamente así:
– Yo: ¿Has visto a Fulanito? Ya debe estar por ahí
– Interlocutor 1: Sí lo he visto en la puerta con su hija
– Yo: ¿Su hija? No estoy segura pero creo que es su mujer
– Interlocutor 1:¿De verdad? Pues parece muchísimo más joven.
(Se incorpora el interlocutor 2)
– Yo: ¿Perdona tu sabes si Fulanito viene acompañado de su hija o de su esposa? que nos ha entrado la duda.
– Interlocutor 2: No. Es su mujer. Lo que ocurre es que ella está estupenda y él está hecho un asco.
Mundo cruel…