Me pasa mi mentor este artículo (entre otros muy interesantes) en el que se habla de que La AVT critica las parodias de ‘Homo zapping’ por tratar con “banalidad” la lacra del terrorismo ».
En concreto me destaca este párrafo:
Y me destaca este texto porque precisamente el otro día hablaba yo en Estepona de un vídeo de 1991 en el que se daba esta parodia sobre los malos tratos, que obviamente me parecía no sólo políticamente incorrecta, sino claramente ofensiva. El vídeo, que no pudimos ver allí, pero sí escuchar, es el siguiente:
Ambos estábamos de acuerdo en que hoy en día no sería posible un gag así, tanto porque el tema de los malos tratos está en la agenda diaria de los medios, como por la presión social ejercida sobre el mismo. Casi cuesta creer que entonces hiciera gracia, y os aseguro que, en mi conferencia del otro día, podía ver caras de vergüenza ajena mientra escuchábamos el vídeo.
Yo creo que es sano tomarse la vida con humor, y que eso hace mucho más llevaderos algunos temas muy duros. Pero una broma es tal si todos los implicados se divierten y no sólo una de las partes o el espectador.
Además es demasiado fácil hacer mofa de los más débiles.
Siempre andamos exigiendo información de calidad, ¿por qué no pedir también entretenimiento de calidad?