Durante algún tiempo he usado en mi despacho de la facultad, como soporte de mi monitor, un “cacharro” que parecía ser una grabadora de DVD antigua, pero no terminaba de serlo.
El otro día, aprovechando que su legítimo dueño estaba por allí le pregunté por ello, y entonces me puso cara de “qué mayor soy” y me enseñó los discos que correspondían a ese artefacto, unas cosas llamadas “Bernoulli” de 150 megabytes. Os aseguro que en ese despacho hay auténticas joyas de museo informático.
Recuerdo haber visto los antiguos floppys del tamaño de un Long Play de vinilo, pero esto no lo había visto. Os dejo un par de fotos en las que incluyo mi mano para que podáis apreciar mejor el tamaño de los disquitos.