El otro día nos preguntábamos si una foto era espectacularizante o no, y mi opinión era que en aquel caso sí se había hecho un uso adecuado del material para aportar información a la noticia de la situación que se está viviendo en Kenia.
Hoy, traemos justo el ejemplo contrario y curiosamente sobre el mismo tema, ya que una vez más, El País lleva a su portada en papel, una foto cuyo exceso de morbo anula completamente la función informativa que pudiera tener.
No contentos con la foto publicada en papel, una de las que aparecen en su edición digital es, si cabe, aún más cruel.
Creo que las fotos hablan por sí solas.