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eDreams: Viaje con nosotros, si quiere sufrir…

Prometo que terminaré abriendo una categoría en el blog llamada “Derecho a la pataleta” o algo parecido, pero mientras me decido dejad que siga con mi terapia anti úlceras.

Vaya por delante que en esta ocasión gran parte de la culpa es mía por no haber leído “antes” las condiciones, pero está claro que hay que leerse hasta la letra más pequeña.

No es que yo me pase el día viajando, pero lo he hecho suficientes veces y de modos muy distintos para saber cómo funcionan agencias de viajes, compañías aéreas y hoteles de distintas categorías.

Lo que no había hecho hasta ahora es contratar un supuesto “paquete” por Internet. Había comprado algún vuelo, o había reservado hoteles, pero directamente, sin agencia de por medio. Y maldita la hora en que se me ocurrió hacerlo a través de eDreams.

Como muchos sabéis el últimio año ha sido especialmente ajetreado y necesitaba aunque fuera un fin de semana de desconexión a falta de poder viajar siete o más días. Así que una, que nunca pierde la esperanza recibe varios boletines de compañías y así fue como encontré una oferta que no estaba mal para pasar un fin de semana en Londres. Tampoco era tanto el chollo ya que el hotel ofertado no creo que aquí pasara una mínima inspección de calidad, así que entre el cambio de hotel y demás, era un precio razonable, pero ningún chollazo de esos que oyes hablar pero que tú nunca pillas.

Todo iba bien hasta que los chicos de Zemos 98 me escriben para invitarme a acudir a una mesa coloquio con motivo de la creación del Observatorio Andaluz de Creación Audiovisual y NNTT, justo en esos días que me iba a Londres, es decir del 28 al 30 de marzo. Pero tras un breve rato pensándolo decidí cambiar el viaje para acudir a Sevilla.

La primera en la frente cuando cojo la reserva y veo que los vuelos debo cambiarlos directamente con la compañía. Tonta de mí, pensaba que en los gastos de gestión que me habían cobrado entraría el hecho de hacer un cambio de fecha. No pasa nada. Ya hablo yo la compañía, que muy amablemente me realiza la gestión por el módico precio de unos 180 € entre gastos por los cambios y la diferencia de precio de los billetes. No pasa nada, es lo que pasa con las compañías de low cost. Asumido.

Pero hete aquí que llamo a eDreams para cambiar también la reserva del hotel. En ese momento me miran disponibilidad y me dicen que no hay problema pero que tardarán un par de días con confirmármelo. En esta ocasión los gastos son mucho menores. Menos mal. Esto fue el 8 de marzo, y ayer día 17, casi diez días después se me ocurre llamarles porque no había recibido la confirmación del cambio de fecha.

Imaginad mi cara cuando me dicen que aún tengo la reserva para el día 28, pero que la del 11 al 13 de abril no me la han podido hacer porque no hay disponibilidad la segunda noche. ¿Cuándo pensaban avisarme? Sonia, no te alteres, sonríe e intenta arreglar esto amigablemente…

– Bueno no hay problema, dadme una alternativa, si no es ese hotel, en otro.

– La alternativa era cambiar la fecha, si no, nosotros le cancelamos esta reserva (previo pago de gastos de cancelación), y usted se busca otro hotel en la web

– ¿Perdona? No sois capaces de conseguirme una noche de hotel con un mes de antelación y ¿soy yo la que tengo que ponerme a buscar?

Que me lo hubieran dicho antes y hubiera hecho lo que finalmente hice ayer. Ir a twitter y pedir recomendaciones para el hotel. Finalmente acepté la propuesta de Kialaya, e hice la reserva en dos golpes de ratón, y tengo hasta 24 o 48 horas antes para cancelarla sin ningún tipo de coste.

Como ya dije al principio, tengo mucha parte de culpa porque esos gastos venían reflejados en las condiciones, y a mí no me importa pagarlos si me arreglan el problema. Lo que me joroba es que yo tenga que cancelar la reserva con ellos porque no me la han arreglado, y encima sea yo la que corra con los gastos.

Lo dicho. La próxima vez utilizaré la mejor agencia de información posible, que es twitter, y me organizaré el viaje por mi cuenta.


Nota: En breves días os contaré un caso radicalmente opuesto, de cómo las compras por Internet son un verdadero placer…

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