Por si alguien tenía la menor duda: anteyer hicimos el más inmenso de los ridículos. Y no me vale decir que los españoles se toman a cachondeo el festival. Al menos no si lo hacen con mi dinero, porque en vez de ir a Eurovisión con toda la producción que conlleva (que es una buena cantidad de dinero), podría haberse invertido en contenidos de calidad. Sí, esos que dicta la Ley 17/2006 de 5 de junio, de la radio y la televisión de titularidad pública.
Si realmente nos importa un pimiento Eurovisión, ¿para qué vamos? Italia se ha retirado, y seguirán durmiendo plácidamente. No pasa nada. el mundo sigue girando.
Pero no, nosotros más chulos que nadie decidimos con la excusa de que somos frikis y guays, rellenar los bolsillos de Buenamente y compañía, que para eso tienen ahora amiguitos en el ente público.
Si Buenafuente quiere convertir su programa en Chikifuente, allá él. Pero basta ya de tomarnos el pelo y hacerle creer a la audiencia que esto es una especie de rebeldía o contracultura cuando para ellos no es más que una cuestión de dinero.
Y de verdad que no pensaba escribir ni una letra más sobre esta gran tomadura de pelo, pero es que Pablo me envió este artículo: Lo baila el Cervantes, lo baila TVE con el dinero de todos. Y no he podido contenerme porque, además de estar de acuerdo con lo que en él se dice, me llama la atención, que El País, premiado en diversas ocasiones por sus estupendas infografías, dedique personal y tiempo a realizar una infografía de cómo bailar el Chiki Chiki.
¿De verdad no tenían nada más importante que hacer?