Así twitteaba Antonio Delgado este artículo de El País que informa del despido de una periodista francesa de TF1 por cometer un error, a mi juicio muy grave. La versión corta de la historia es: Periodista de informativo de gran audiencia anuncia la muerte y hallazgo del cadáver de un niño que estaba perdido. Posteriormente se sabe que el niño sigue vivo y sin graves daños. El CSA (Consejo Superior Audiovisual) del que en muchas ocasiones hemos hablado aquí, convoca a un par de directivos de la cadena, éstos le abren expediente a la periodista, y finalmente la despiden.
El mismo artículo de El País apunta a la posibilidad de que haya razones ocultas en dicho despido, tras un cambio en la dirección de la cadena. Me gustaría pensar que no es así. Porque el error es grave, y causa daños. Una información de ese tipo no se puede dar sin las debidas garantías, y ante la duda, no podemos decir: “bueno luego ya recitificaremos…” El daño está hecho, y por tanto debe haber consecuencias.
Por eso a mí no me parecería una sanción tan dura. De hecho en España ocurrió algo parecido cuando en Canal Sur (creo que radio) se adelantaron anunciando la muerte del Don Juan de Borbón, padre del Rey Juan Carlos, y si mi memoria no me falla, hubo algún despido en el ente autonómico.
Creo que ya es hora de que los errores tengan consecuencias, y así las cadenas se cuidarán muy mucho de contrastar una noticia en vez de empeñarse en ser los primeros en darla. Y entonces, la diferencia que menciona Antonio, sería clara.
Foto: El País