Ayer se habló mucho este de este artículo del Diario de Sevilla que ha levantado muchas ampollas y más suspicacias. Lo cierto es que pensé en publicar algo, pero no quería adentrarme en el resbaladizo tema (mediáticamente hablando) de Marta del Castillo; de hecho emití una breve opinión en una lista de correo y no quise entretenerme más con ello, pero ya que se me ha pedido por diversas vías lo haré también públicamente.
La cuestión es que entiendo perfectamente a quienes se han molestado porque estamos más que hartos de que cada vez que se habla en los medios de comunicación tradicionales (especialmente en televisión) de la Red sea para hablar de sus peligros y de cómo es un nido de pederastas y pornografía (sic).
Pero que los medios tienden a cierta espectacularización es algo que los lectores de este blog ya conocen bien.
El problema es que si lo pensamos bien, ese titular del diario nos puede parecer un poco ambiguo, incluso un poco amarillista, y si me apuras podría referirse más a la víctima que a su asesino.
Pero la realidad es que cuando profundizamos en la lectura del artículo vemos que Patricia Godino hace una buena descripción de lo que ha sido la implicación de las nuevas tecnologías y de redes sociales como Tuenti en el seguimiento policial y mediático de esta triste caso, y en eso me parece incluso un artículo acertado.
El problema es que ya estamos con la escopeta cargada y tal vez en este caso hayamos visto fantasmas donde no los hay. Por lo que a mí respecta, Godino podría haber titulado “El asesinato de la generación iPod” y ello no implicaría que hubiera relación entre el reproductor de música y el hecho de cometer un asesinato. De hecho no creo que a nadie se le hubiera ocurrido decir algo como: “Claro, ahora la culpa la va a tener el iPod”.
Por eso, en mi modesta opinión, y en esta ocasión no creo que haya motivo para el revuelo que se ha montado, muy al contrario, es de agradecer que alguien lo explique de un modo detallado, a ver si así muchos padres entienden que hay cosas que han cambiado en la manera de relacionarse de sus hijos, y que si antes les enseñábamos a no abrir la puerta a desconocidos, ahora debemos enseñarle esos mismos límites para esas puertas virtuales a las que acceden contínuamente.
Por el contrario, De la desvergüenza de muchas televisiones sacando a menores a cara descubierta para hablar del caso… eso sí me preocupa, y espero realmente que, como comentó Antonio, la fiscalía de menores tome cartas en el asunto, como parece que va a ser.