No podría estar más de acuerdo con Enrique Dans cuando dice: No aflojéis la tensión. Aún no hemos conseguido nada. No seamos como la gaseosa.
El otro día me preguntaban de un medio de comunicación si consideraba que esto iba a suponer algún cambio sustancial. Le dije que no, pero sí creo firmemente que supone un punto de inflexión. El Manifiesto ha demostrado que desde el poder político se han dado cuenta de que ya no puede hacer lo que quieran, porque total no vamos a enterarnos…
Llevamos mucho tiempo hablando de cómo Internet ha posibilitado que cada uno tengamos nuestra propia voz, nuestro medio de comunicación, nuestro espacio en la Red en el que poder expresarnos. Y así lo hemos hecho, masivamente, abriendo blogs, podcasts, videblogs, o a través de servicios de redes sociales como Facebook, Twitter, Tuenti, etc. (yo incluso le he dedicado mi tesis doctoral).
Pero esto va mucho más allá de eso porque ya no se trata de habernos convertidos en generadores y emisores de contenidos, y por tanto también creadores. Se trata de alzar nuestra voz cuando desde el poder político se intenta atentar a nuestros derechos fundamentales; pero no es una lucha de internautas contra el gobierno: es una lucha de todos los ciudadanos porque nos afecta a todos.
Y hablamos de derechos fundamentales recogidos en nuestra constitución, por ejemplo en el siguiente artículo:
Artículo 117
1. La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados integrantes del poder judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la Ley.
3. El ejercicio de la potestad jurisdiccional en todo tipo de procesos, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado, corresponde exclusivamente a los Juzgados y Tribunales determinados por las Leyes, según las normas de competencia y procedimiento que las mismas establezcan.
Sin embargo, lo que el Gobierno ha intentado colar de tapadillo supone establecer una comisión que tenga el poder decidir sobre el cierre de una web sin que un juez determine si hay se comete un delito o no, o haya una supuesta vulneración de la propiedad intelectual.
¿Y por qué sucede esto? Muy sencillo. David Bravo lo explica fenomenal: Lo que aquí está en juego es lo suficientemente grave como para que se rechace incluso por los que están contra las descargas y con independencia del signo político de cada cual, y es que se trata de dar el visto bueno a que un gobierno pueda arrancar de las manos a los jueces determinados asuntos sólo porque las decisiones que estaban adoptando no les gustan.
Ahora hemos demostrado que tenemos voz, y que somos capaces de hacernos oir. Pero no basta con eso. No podemos quedarnos en la anécdota. Necesitamos seguir escribiendo, hablando, publicando sobre este tema para que se den cuenta de que vamos en serio y de que no vamos a permitir semejante atropello. Por eso os pido que sigáis escribiendo en vuestras páginas, editando audios, vídeos, todo lo que se os ocurra. Y que expliquéis a vuestro entorno que esto no se trata de descargar música o películas gratis (ya quisieran algunos que fuera tan simple). Se trata de no permitir que pisoteen nuestros derechos y nos convirtamos en un país donde el gobierno decide lo que podemos y lo que no podemos ver.
Si queréis saber más sobre el tema os recomiendo el artículo que hoy ha publicado Antonio Delgado, largo, pero imprescindible para saber qué es lo que nos estamos jugando.
Enlaces relacionados:
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Mi colección de artículos sobre el manifiesto