Nick Guzmán, director de Red Bloguera, y yo tuvimos el placer de formar parte del curso que la Universidad Monte Ávila había preparado para los periodistas (jefes de sección en su mayoría) de Cadena Capriles.
Chávez ya tiene una ley para censurar internet – Infobae.com
Según hemos podido observar allí, ahora muchos medios venezolanos quieren iniciar el proceso de convergencia multimedia, y es por ello que la universidad les ha diseñado un curso de ocho semanas a través del cual poder ver una amplia panorámica del entorno digital.
Ha sido una experiencia muy gratificante, ya que el interés mostrado por los alumnos ha sido muy alto, y aunque en ocasiones los distintos niveles de conocimiento entre ellos hacían que las clases se ralentizaran más de lo deseado, creo que les hemos puesto en el buen camino para seguir avanzando en un mundo cuyas herramientas cambian con demasiada frecuencia, y en un entorno socio-político en el que el acceso a Internet es, más que nunca, una necesidad básica y un derecho primordial.
La situación allí es complicada, tanto para las empresas de comunicación como para los profesionales en sí mismos, y por tanto, el que tengan acceso a más herramientas a través de las cuales poder informar y contar lo que allí está sucediendo es básico, sobre todo si tenemos en cuenta que Chávez ya ha pedido en la Asamblea una ley para el control de Internet, bajo la acusación de que twitter es un intrumento para el terrorismo. Eso sí que me aterra a mí.
Pero afortunadamente en esta ocasión no fue todo trabajo, y tuvimos la ocasión de poder conocer y disfrutar de la ciudad de Caracas. Aún recuerdo la última noche, cuando eran allí la una de la madrugada (las seis y media en España) y acababa de llegar a mi suite desde la que podía contemplar una maravillosa vista de la ciudad.
¡Cómo cambia una ciudad con unos buenos anfitriones! En mi anterior estancia aquí, me quedó un sabor agridulce. El dulce venía del trabajo bien hecho y de haber aprendido mucho, y a fin de cuentas ése y no otro es el motor que me levanta cada mañana. Pero a la vez agria, porque nuestra relación con la ciudad había sido inexistente.
Sin embargo en esta ocasión hemos podido disfrutar de la ciudad en todo su esplendor, y por eso quiero desde aquí dar las gracia a Marianne Robles como nuestra anfitriona principal, pero sobre todo a Reinado, Vanessa y Amilcar que no podrían haber sido mejores anfitriones. Y también la profesora Alda da Silva, que durante dos jornadas nos ayudó en el curso.
Espero volver a verles pronto, y si es a este lado del océano será un placer corresponderles en su hospitalidad 🙂
Actualización: Enlaces relacionados.
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