Como ya os he comentado, hace unas semanas estuve en Caracas impartiendo un curso de Web 2.0 para periodistas.
El mismo curso incluía un módulo de móviles en el que creo que estuvieron viendo el iPhone, principalmente. Sin embargo, en Venezuela, Blackberry está extendidísimo como dispositivo, y creo que de todas las personas que vi, tan sólo un par de ellas tenían un teléfono distinto de Blackberry.
Ambos grupos de alumnos a los que impartimos nos hicieron la misma pregunta: ¿Para el periodismo es mejor iPhone o Blackberry? (Allí el Android apenas ha llegado aún)
Antes de dar mi opinión al respecto considero necesario dar unas cuantas aclaraciones:
- Soy makera, desde hace años, pero no fangirl. Es decir, no aplaudo cada producto de Apple como si fuera la enésima maravilla del mundo porque no es así. Estoy muy feliz con mi Macbook Pro de 15″, pero lo estaba mucho más con mi Powerbook de 12″ y procesador G4, mucho más estable que el maldito procesador Intel.
- Uso iLife e iWork, y considero que Apple hace más fácil mi vida, por lo que no creo que se me pueda acusar de antiapple o cualquier otra tontería, sin embargo, cada vez que pienso en criticar un producto Apple, pienso que el cielo me caerá encima y acabaré en el infierno, porque siempre en seguida alguien dice que no lo entiendo, o que debo ser de un nivel inferior si no soy capaz de apreciar la genialidad de tal o cual producto. Es posible, pero poco probable.
La cuestión es que yo no considero que ningún gadget sea genial o no en sí mismo, sino en función de las necesidades de cada persona. Y por eso siempre he creído que el iPhone no era un aparato adecuado para mí y mis necesidades. ¿Quiere eso decir que no me gusta? No, al contrario, me parece un dispositivo genial, pero que no satisface mis necesidades, ya que presenta serios inconvenientes. El primero de ellos es el teclado virtual, y el segundo la obligatoriedad de contratar con una compañía con la que no tengo el menor interés en estar (aunque eso sería solucionable comprando un terminal libre).
Durante mucho tiempo me resistí a tener un teléfono con conexión a la Red continua porque pensaba que ya pasaba demasiado tiempo en la red, pero al final me inicié con una pequeña Blackberry para probar, y el cambio fue radical. Me resulta muy cómodo el poder contestar a un email en cualquier momento, y de hecho ello me ha salvado de más de un apuro, y de la necesidad de regresar a casa o al despacho a solucionar algo.
Hoy día dispongo de una Blackberry 8900 y salvo problemas técnicos puntuales estoy muy contenta con el servicio que me ha prestado y sobre todo con su teclado completo.
Pero volvamos al tema de las necesidades porque para mí es lo realmente definitorio a la hora de selecccionar uno de estos dos aparatos. ¿Qué dos necesidades básicas puede tener alguien que decide tener un teléfono/smartphone con conexión de datos?
1. Recibir información.
2. Emitir información.
Y he aquí el quid de la cuestión. Si perteneces al grupo uno el iPhone es tu aparato. Probablemente no exista un sistema operativo con mejor navegador para acceder a la información, aunque Blackberry anuncia mejoras en su nuevo navegador. Por otro lado hay personas con una gran facilidad para escribir en teclados virtuales y quizás sea también tu caso.
Si por el contrario perteneces al grupo 2 (emitir información) y por tanto tu prioridad está en contestar correos, y ya de paso twittear/facebookear; en definitiva ” escribir”, es muy probable que te sientas más cómodo y ágil con un teclado físico como el de la Blackberry, por no hablar de lo trabajado y optimizado que tienen el sistema con multitud de aplicaciones comodísimas, que además pueden usarse al simultáneamente, mientras que en el iPhone tienes que andar abriendo y cerrando aplicaciones.
Por supuesto no podemos olvidar otras alternativas como los Nokia, si nuestra necesidad es la de hacer fotos o grabar/emitir vídeo, ya que probablemente montan las mejores cámaras en dispositivos móviles del mercado, así que tal vez lo ideal sería tener una buena mezcla con lo mejor de cada casa.
Dicho todo esto, y como soy consciente de que vivo en un mundo que se encamina inexorablamente hacia lo “táctil” he decidido dar el salto en unos días a un dispositivo con Android, para conocerlo y trastearlo bien, y ver todas sus posibilidades como herramienta.
Si en poco tiempo regreso a Blackberry o no sólo lo sabréis en un futuro post 😉