Hace mucho tiempo que perdí el interés en los programas que buscan talento, porque ciertamente no sólo no aportaban nada nuevo, sino que en los últimos tiempos parecían un continuo “deja vu”.
Además tenía la sensación (perdonadme la crudeza) de que cuanto más feo o pobre fueras, más posibilidades tenías de triunfar. Porque seamos sinceros, lo reamente llamativoi de Susan Boyle o Michael Collings no son sus innegables talentos, sino el que vayan insertos dentro de un físico o arquetipo que no corresponde a los estándares que la industria decidió imponer.
Sin embargo ahora la NBC se desmarca de esta tendencia y estrena un programa, The Voice, en el que el Jurado no tiene ocasión de ver el aspecto físico del candidato hasta decidir si quiere incluirlo en su equipo o no. Y la verdad, se agradece.
Merece la pena ver este vídeo de anticipo del programa: