Perdonad mi poco entusiasmo ante el nacimiento de Discovery MAX, pero la culpa no es de ellos, sino mía por ser cliente de televisión por cable, lo que me convierte en alguien que ya ha visto esos programas, incluso sus repeticiones.
Sin embargo no puedo dejar de pensar que por fin tenemos un canal el que podemos ver contenidos de entretenimiento que no son ficción ni reality shows (o eso se supone…).
Pero veamos los cuatro sentimientos que Discovery Max quiere despertar en nosotros:
- Curiosidad: Seguro que a muchos espectadores se interesan por estos nuevos docudramas y dramalities en los que a veces cuesta distinguir entre ficción y realidad. Personalmente el único programa que no conozco es El Rey de las Tartas, así que le echaré un vistazo a pesar de mis nulas dotes como cocinera.
- Pasión: Pasión por sus respectivos trabajos es lo que podéis ver en series como American Chopper o LA Ink (spin-off de Miami Ink). Admito que hace años me encantaba Orange County Chopper, y así os lo conté en 2005, pero con el tiempo fueron dando mucha más importancia a las broncas entre padre e hijo que a las hermosísimas motos que construían, y con ello decayó mi interés. Con respecto a LA Ink, sucede algo parecido: mientras que Miami Ink empezó como un modo de contarnos la historia detrás de cada tatuaje, en la versión de Los Ángeles estamos más pendientes de cosas tan apasionantes como “La Vasectomía de Corey” en uno de sus capítulos.
- Placer: No hay mayor placer que tener una programación alternativa de entretenimiento, y la apuesta por introducir presentadores nuestros como en “Así se hace” con Alvaro Bultó, que espero derive en el siguiente y último punto…
- Reto: Ojalá Discovery Max asuma el reto, no solo de conseguir una audiencia estable para sus programas, sino de alimentar su programación con contenidos propios y nuevos que pueden resultar más atractivos para sus espectadores.