Alan Cumming, al que recordaréis por el genial personaje de Eli Gold en The Good Wife, se mete en la papel de una Drag Queen madura que hace playback en locales nocturnos porque no tiene la confianza suficiente para cantar con su propia voz. Cumming nos ha mostrado una gran variedad de personajes a lo largo de su carrera, pero sin duda aquí tiene una de sus mejores interpretaciones, merecedora de cada uno de los premios obtenidos en diversos festivales.
La película está bien contada, y sin concesiones al espectador, planteando problemas que obviamente existían en los años 70, pero que aún hoy no están del todo superados, como es la idoneidad de una pareja de homosexuales para educar “decentemente” (nótense las comillas) a un jóven con escasas posibilidades de ser adoptado por su discapacidad intelectual.
No es la mejor película para navidades, época propicia para cuentos y happyendings, pero no os la podéis perder. Aún os quedan para verla los pases de los próximos 15, 24 y 28 de diciembre en Canal + Extra, y si no, estoy segura de que sabréis cómo verla.