Hace ya algún tiempo que David Simon hizo famosa la frase “Que se joda el espectador medio” en referencia a …una persona ignorante que necesita que se lo expliquen todo, ya mismo. Nuestra versión patria de dicho término es la señora de cuenca, que como cuenta Mariola Cubells en su interesante libro ¿Y tú que miras?, se refiere al espectador para el que los ejecutivos de televisión piden productos:
“Esto le tiene que gustar a una señora de Cuenca”, “la señora de Cuenca no va a estender este chiste”, “la señora de Cuenca lo único que quiere es distraerse…”.
Cubell, Mariola. Pág. 142
Y os cuento todo esto a causa del revuelo que se ha montado por la multa millonaria a Telecinco y Antena 3 por saltarse a la torera el horario protegido infantil, que según la Ley General de la Comunicación Audiovisual va de 8.00 a 9.00 y de 17.00 a 20.00, de lunes a viernes, y de 9.00 a 12.00 los fines de semana, al que tenemos que sumarle el horario establecido en el Código de Autorregulación Audiovisual y que iría desde las 6.00 hasta las 22.00 horas.
En total más de dos millones de euros para los dos grupos televisivos por contenidos emitidos en distintas cadenas, en horario reforzado de protección, es decir, donde no se puede emitir contenido para menores de 13 años. Desconozco los ingresos por publicidad que se hicieron con esos programas, y ése sería un datos interesante para saber si realmente son punitivas. Porque, por ejemplo, si yo he ingresado 5 millones, y me multan con millón y medio, lo mismo me trae a cuenta saltarme la ley.
Pero esto no es todo. En este blog venimos hablando de autorregulación bastante tiempo y lo cierto es que no hemos mejorado nada en ese sentido. Pero lo que ya me terminó de tocar la moral es la reacción de Alberto Caballero, creador y productor de La que se avecina, una de las series afectadas por la sanción se ha desahogado agusto en Twitter con expresiones como que los gobernantes son unos hijos de mala mujer y otras muchas lindezas (incluso algunas con las que podría estar de acuerdo). Y para rematar (cómo no), ha aludido a la libertad de expresión para justificar los contenidos de su producto:
Pero ¿qué tendrá que ver el tocino con la velocidad? Seamos serios. TODOS tenemos nuestra responsabilidad. Si yo fuera pescadera y le vendiera un besugo en mal estado a alguien y como consecuencia de ello enfermara, es probable que me cerraran el chiringuito. Y no se me ocurriría decir que la culpa es de mi cliente por habérselo comido. No. La culpa no es de los padres que las visten… (perdón que me distraigo). Todo mercado tiene una regulación, y el señor Caballero debería saber en qué mercado está, y es uno en el que los contenidos para menores están controlados.
Por otro lado, no entiendo muy bien tanto despliegue de ira contra el sancionador cuándo en realidad con quién debería enfadarse es con el programador de Mediaset que decidió incluir sus episodios en un horario inapropiado. Caballero no es responsable de cuándo y cómo se producto. De lo único que es responsable en este caso (y además totalmente respetable) es de pensar “Qué se jodan los niños“, que es lo que vienes a decir cuándo haces un producto no apto para ellos. Y yo a eso no tengo nada que objetar, pero entonces asume que tu producto tendrá que ir ubicado en la franja adecuada.
Es muy fácil buscar la paja en el ojo ajeno, pero todos tenemos que asumir nuestra responsabilidad, y las consecuencias de los actos que llevamos a cabo. ¿Que no quieres hacer un producto apto para todos los públicos? Estupendo. Pero ello no te exime de respetar la ley actual, así como el código de autorregulación que también Telecinco firmó en su día. Tan sencillo como eso.