Tengo que añadir que no es mi musical favorito por ser demasiado folletinesco. Ya lo había visto en Londres, y por supuesto después ví la película de Tom Hooper, a la que reconozco el enorme valor y mérito de haber hecho los números musicales con la voz en vivo, dándote una impresión muy real de estar en un teatro.
Pero aún así Los Miserables nunca ha estado entre esos musicales que no me importaría ver media docena de veces como puedo pasarme con Chicago, Billy Elliot o Wicked, por citar unos cuantos.
Sin embargo, y como decimos por aquí, algo tendrá el agua cuando la bendicen y Los Miserables es uno de los musicales más populares de la historia, que además está a punto de cumplir 30 años de representaciones ininterrumplidas en Londres.
Además hay otro motivo por el que no suelo ver musicales en gira y es porque en muchas ocasiones la complejidad de la escenografía y las condiciones de los teatros visitados no permiten a la productora realizar el mismo montaje que en el teatro matriz, y en muchas ocasiones la diferencia es grande… abismal. Ése es el motivo por el que la misma Stage ya ha anunciado que no podrá hacer gira de El Rey León, así que, tendré que hacer el sacrificio de ir a Londres o Madrid para verlo 😉
Pero mira por donde, a mí que nunca me ha tocado ganar ni a las canicas, me tocaron un par de entradas gracias al sorteo de Espacio Joven Uni a través del hashtag #queharasesteverano, y está claro que no iba a desaprovechar la ocasión.
Y ya metidos en faena tengo que decir que el montaje de Los Miserables en Málaga me ha parecido muy bueno. Casi impecable. Admito que me costó un rato entrar en el musical. Fantine no me cautivó y tiene un número fundamental casi al principio de la obra, así que estaba empezando a temerme lo peor, entre otras cosas porque aunque la escenografía era magnífica la iluminación era demasiado suave, y como dijo mi acompañante…
¡SPOILER ALERT!
Para mí este número supuso un punto de inflexión en el que empecé a disfrutar de la obra y todo el estupendo montaje que lleva consigo. Claro que ése es otro de mis problemas: no voy a un teatro a ver interpretar una historia sino que estoy pendiente de cada pequeño detalle que salga en el escenario y creedme cuando os digo que Los Miserables tiene infinitud de detalles en los que fijarse. Entre ellos el vestuario muy cuidado y llamativo.
También hay que destacar la labor de todos los personajes secundarios que supieron hacer de los números corales un verdadero espectáculo. Y cómo no los músicos, que a pesar de ser muy pocos dieron un gran acompañamiento musical.
Por estos y otros muchos motivos, si estás en Málaga o tienes previsto venir de aquí al 20 de julio, te recomiendo sin duda que aproveches y veas Los Miserables porque sin duda pasarán unas estupendas tres horas disfrutando de un magnífico espectáculo visual y musical.
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