Hacía tiempo que no se estrenaba una serie que despertara mi interés como Then Handsmaid’s Tale, serie basada en la novela de 1984 de Margaret Atwood y que nos muestra un universo distópico en el que, con la excusa del terrorismo y mantenernos a salvo, se instaura una dictadura teocrática sin libertad de prensa y en el que las mujeres han perdido todos sus derechos para ser relegadas a meras esclavas divididas en categorías, según sirvan para una u otras otras.
Nuestras criadas protagonistas tienen la “suerte” de ser fértiles por lo que la única razón por la que se les mantiene vivas y alimentadas es para que sirvan de úteros andantes y puedan concebir y gestar hijos que habrán de entregar a las infértiles esposas de la jerarquía dominante.
La historia de desarrolla a través de tres líneas temporales:
- La vida actual de nuestra protagonista Defred. En el original “Offred” porque es “de Fred” su dueño, el comandante Fred Waterford
- El momento previo a esta vida en el que se la prepara para ser una criada en el Centro Rojo
- Su vida antes de toda esta locura cuando era June, una esposa y madre feliz con su trabajo y sus amigos
La serie tiene una fotografía de colores desaturados que ayuda a crear esa atmósfera inquietante, un poco gris y triste como reflejo de un espacio en el que no se puede ser feliz. La historia está cargada de violencia que no se ve, que se escucha, que se siente, pero que en pocas ocasiones (pero menudas ocasiones) se explicita en pantalla, como cuando dejan en manos de las criadas a un presunto violador.
No quiero contaros más. Pero sí advertiros de que es una de esas series que no os dejará indiferentes, e incluso puede que os deje con mal cuerpo. ¿La razón? Sencilla: su verosimilitud. El dejarte pensando si realmente no podríamos llegar a ese momento.
Es una producción de Hulu que en España podemos ver a través de HBO con un capítulo nuevo cada miércoles. Y creedme, ya estoy deseando que llegue mañana.
