Un arranque diferente para el curso académico
El pasado jueves tuve la oportunidad de dar la bienvenida a los estudiantes de nuevo ingreso de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de Málaga con un tema que está marcando nuestro presente (y sin duda, también su futuro): el uso responsable de la inteligencia artificial generativa.
Imagínate comenzar la universidad y que, en lugar del clásico discurso de bienvenida, te hablen de ChatGPT, DALL·E o Copilot. Eso fue exactamente lo que pasó.
La IA, entre la oportunidad y el riesgo
Durante el encuentro hablamos de cómo la IA puede ser un aliado académico:
- Resumir textos kilométricos en segundos.
- Crear esquemas o guiones creativos.
- Incluso ayudar a organizar un plan de estudio.
Pero también les recordé que la IA no es magia ni tampoco un atajo seguro. Hablamos de riesgos como el plagio, la información falsa o la dependencia excesiva, esa que puede acabar atrofiando nuestro pensamiento crítico.
Principios básicos para no perder el rumbo
Para que no se quedaran solo con advertencias, compartí con ellos algunas claves que pueden guiar su camino en esta era digital:
- Pensar primero, preguntar después.
- Citar siempre las fuentes.
- Verificar la información.
- Y, sobre todo, usar la IA como apoyo, no como sustituto de su esfuerzo personal.
Una de las metáforas que más conectó con ellos fue esta: usar la IA sin pensamiento crítico es como ir al gimnasio y dejar que otro levante las pesas por ti. Parece útil, pero al final quien no entrena eres tú.
Un futuro lleno de posibilidades
Lo mejor de este curso fue ver sus caras de sorpresa, curiosidad y, en algunos casos, también de inquietud. Porque sí, la IA puede dar vértigo, pero también abre un mundo increíble de oportunidades para los futuros comunicadores.
Estoy convencida de que, si aprenden a usarla con criterio y ética, esta generación de estudiantes podrá marcar la diferencia en cómo contamos historias y construimos conocimiento en la sociedad digital.
Empezar el curso hablando de inteligencia artificial fue un reto… pero también un regalo. Porque la universidad debe ser el espacio donde se aprende a cuestionar, experimentar y usar con cabeza las herramientas que están cambiando el mundo.