5 de Enero. Una oficina cualquiera del Inem. Estamos en fiestas y todos comprendemos que, aunque los contratos vencen igualmente y son muchos los que han de arreglar papeles para el desempleo, algunos centros de trabajo no están al cien por cien.
Por si fuera esto poco de repente se oye esa terrorífica frase que nadie sabe a ciencia cierta lo que significa, pero presagia la peor de las desgracias: “No hay línea”.
Pero esto no es todo…
Por si el caos de no poder sellar la consabida tarjeta del paro, ni conseguir una nueva, ni hacer cualquier tipo de gestión habitual, esta oficina en concreto de la que hablo lleva sin tramitar papeles desde el mes de noviembre.
O sea, que si tú solicitaste una prestación o ayuda de cualquier tipo del INEM en el mes de noviembre o con posterioridad, a estas alturas aún no has recibido notificación alguna concediéndotela o denegándotela.
Pero ¡esto no es todo! Lo que realmente trasvasa la frontera del surrealismo ha sido cuando he visto a un paciente señor intentar hablar con el director de dicha oficina para que le explicara por qué su hijo, qua había solicitado el subsidio de desempleo en noviembre, aún no había recibido noticias del mismo.
No os lo perdáis. Las palabras del Director fueron que esa no era competencia suya, sino de sus empleados, y que si ellos no cumplían, ese no era su problema.
En defensa de esos pobres empleados subordinados diré que en una oficina con una dotación de veinte funcionarios, había hoy exactamente dos, ya que el resto estaban de vacaciones o de baja laboral. Y, claro, yo me pregunto a qué clase de incompetente le estoy pagando el sueldo con mis impuestos.
Hoy veía como una señora con muletas y certificados médicos intentaba justificar por qué no habían podido acudir a fichar el día 29, tras ser atropellada por un camión, ante lo cual, este mismo director le decía que a él todo eso le importaba un pimiento, y tendría que presentar un escrito de alegaciones para que le permitieran sellar de nuevo.
Y digo yo: ¿Y si todos los que estaban allí para fichar, cuando les han dicho que tenían que volver la semana que viene a recoger sus tarjetas (que allí han dejado), hubieran exigido ese mismo escrito de alegaciones que justifiquen que han de volver allí por un problema ajeno a ellos?
Luego los funcionarios se quejan de los chistes que hacemos de ellos y la fama de vagos que tienen. Y seguro que hay funcionarios estupendos que trabajan eficazmente. Incluso puedo presumir de haber conocido a alguno. Pero de lo que no cabe duda es de que son muchos más los que propician esa mala fama.
¡Qué país éste!