Ayer recibí un mail con curiosidades, algunas de ellas históricas, que son verdaderamente sorprendentes.
La fiabilidad de estos datos es la de todas estas cosas que se distribuyen por correo electrónico, por tanto hay que leerlo con esas reservas.
No obstante creo que os gustarán algunas de ellas que os iré desgranando aquí poco a poco.
Ahí va la primera, que nos cuenta el origen de la palabra inglesa “fuck”
En la antigua Inglaterra la gente no podía tener sexo sin contar con
consentimiento del Rey (a menos que se tratara de un miembro de la familia
real). Cuando la gente quería tener un hijo debían solicitar un permiso al
monarca, quien les entregaba una placa que debían colgar fuera de su
puerta mientras tenían relaciones. La placa decía “Fornication Under
Consent of the King” (F.U.C.K.). Ese es el origen de tal palabrita.