Hace un par de semanas recibí una llamada de Auna. Lo cierto es que pocas veces suelo atender este tipo de llamadas, porque rara vez tienen algo que me interese, pero, un familiar se empeñó porque parecía que regalaban un teléfono inalámbrico.
He de decir que hace años que mantengo con ellos un bono flexible para llamadas interprovinciales y a Europa. Y efectivamente me ofrecieron un teléfono sin coste alguno, solo pagando una módica cantidad por el transporte.
Fue una conversación larga en la que me aseguré que dicha oferta no incluía ningún cambio en mi contrato con ellos. Lo pregunté una y otra vez hasta que la señorita empezó a hartarse de mi desconfianza, y entonces accedí a que me enviaran el aparato.
Hasta aquí todo bien. En unos días recibo el teléfono y me doy cuenta de donde está el truco. Es un aparato modificado para que “todas” tus llamadas salgan a través de su prefijo 1050, y no sólo las que yo tenía contratadas hasta ese momento.
Vale, no importa: Ya soy mayorcita para saber que nadie regala nada, y además no tiene demasiada importancia porque dispongo de otros tres aparatos telefónicos en mi casa para hacer las llamadas que quiera sin prefijo alguno.
Pero he aquí que el pasado sábado me surge la duda de si mi tarifa especial con ellos es para todo el día o a partir de una determinada hora, y les llamo para comprobarlo. Cuál no será mi sorpresa cuando me dicen que yo tengo dado de baja el bono flexible y que “yo” he solicitado el cambio a la tarifa nosecuantos.
Aquellos que me conocéis personalmente podéis imaginar como siguió la conversación y como en cuestión de minutos me restauraron mi tarifa inicial.
Sin embargo, desconfío de ellos y en un par de días llamaré a ver qué tarifa tengo asignada.
Así que ya sabéis: si aceptáis el teléfono de Auna, comprobad que no hagan cambios en vuestro contrato.