Del mismo modo que con una canción podemos recorrer el proceso de adorarla a odiarla por culpa de la saturación a que nos pueden someter las ingratas emisoras de radiofórmula que nos machacan una y otra vez con las mismas cinco canciones, el mismo proceso se puede producir, y de hecho se produce con cierta frecuencia en el mundo de la publicidad.
Viene a mi cabeza la campaña de Airtel con Edu felicitándonos la navidad, que fue un rotundo éxito, y de tanto éxito murió por la indebida saturación de la idea.
Y eso es un poco lo que está ocurriendo con el musical Hoy no me puedo levantar de Nacho Cano. Todos los que tenemos taitantos hemos crecido con las canciones de Mecano y si bien una no es muy dada al fenómeno fan, he de admitir que me agradó la idea de un revival al estilo de lo que se ha hecho con otros grupos como ABBA con Mamma Mia. Sin embargo la saturación informativa y publicitaria a que estamos siendo sometidos podría acarrear el efecto contrario.
Porque, sinceramente, no es normal un despliegue que ha incluido desde una amplia información en casi todos los informativos de prime time hasta el hecho de que cada vez que alguien conecte con la radio digital de 40 Principales (por ejemplo), comience con el fragmento que da nombre al musical.
Personalmente cada vez que ahora escucho algo del nuevo o del viejo Mecano, cambio el dial de la radio, e imagino que no soy la única que ha tenido esta reacción de hartazgo, a pesar de ser una buena aficionada al musical. De hecho tengo previsto ir pronto a Madrid a ver uno.
Pero será Cabaret, faltaría más.