Algo que siempre me ha llamado la atención es ver como distintos pueblos afrontan la muerte. Aludiendo a distintos tópicos podríamos recordar que los irlandeses beben por el difunto, los estadounidenses organizan una comida en casa donde todos los vecinos llevan platos, los judíos cubren los espejos…
También podríamos hablar del pueblo gitano, con su fuerte descarga emocional en los entierros, frente a la contención habitual en el mundo occidental. Un amigo me comentaba un día que esa descarga emocional les ayudaba a superarlo antes, y sin duda eso es bueno.
Por otro lado, una de las grandes ventajas de la red es, sin duda, la posibilidad de acercarnos a otras culturas con una rapidez impensable hace unos años. Y así poco a poco podemos conocer otras costumbres aparte de las nuestras y la de Halloween que tanto el cine hollywoodiense como McDonalds se han encargado de extender por todo el mundo.
Una de estas costumbres es el Día de los Muertos en México, del que yo había oído hablar, pero lo que desconocía es que hay costumbres de enviar postales o “calaveritas” que “constan de versos donde la muerte bromea con personajes de la vida real, haciendo alusión sobre alguna característica peculiar de la persona en cuestión, y finalizando con frases donde se expone que se lo llevará a la tumba Durante el período del 1 al 2 de noviembre las familias normalmente limpian y decoran las tumbas con coloridas coronas de flores (de rosas, girasoles, etc.), las cuales se cree atraen las almas de los muertos“.
Aquí os dejo la que hoy me ha enviado Blu Carmona
Muchas gracias y feliz día de los muertos a ti también Blu, y prometo que para el año que viene intentaré crear una calaverita para ti 🙂