Icono del sitio SoniaBlanco.es

Hablar catalán provoca tendencias suicidas

Sí, ya sé: he tenido abandonados a mis lectores y los posts se me acumulan en la cabeza sin encontrar tiempo para transmitirlos vía teclado. Pero he hecho un hueco porque no paro de pensar en esta entrada de Javi Moya que me tiene las vestiduras hechas jirones, y si no lo comentaba, la úlcera podría reventarme.
Que no se alteren mis lectores catalanoparlantes por el título de este post porque es tan absurdo como el artículo que da origen a esta entrada.

Avui

En Barcelona queda muy hortera hablar en español, yo sólo lo hablo con la criada y con algunos empleados. Es de pobres y de horteras, de analfabetos y de gente de poco nivel hablar un idioma que hace un ruido tan espantoso para pronunciar la jota. Éstos que no hablan catalán, a menudo tampoco saben inglés, ni francés, ni quién es monsieur Paccaud.

Esta clasista memez la firma Salvador Sostres, y la continua con un razonamiento más propio de una mente infantil que de un contrastado estudio: “Pero no sólo en Cataluña el español es un síntoma de clase baja. El amigo Riera me facilita estos datos de la ONU del 2002. Renta per cápita de Noruega, 36.600 dólares; Dinamarca, 30.940; Islandia, 29.750. Tres países riquísimos, con economías internacionalizadas y lenguas más pequeñas que la nuestra pero que las hablan sin complejos
O sea que los nórdicos son más ricos porque tienen lengua propia. Toma del frasco, Carrasco. Por la misma regla de tres, yo sostengo que pronto los catalanes empezarán a tener las tasas más altas de suicidio (como ocurre en los países nórdicos) o se incrementarán sus tasas de alcoholemia debido a su delicioso cava (como ocurre en Finlandia).
La mera lectura del artículo me produce vergüenza ajena sin aún saber si el firmante es periodista de verdad o sólo un cantamañanas que rellena columnas entre anuncio y anuncio. Pero eso sí, ésta es una gran prueba de se puede publicar cualquier idiotez en Internet para sorpresa de algunos y divertimento de muchos.
Los catalanes tienen todo el derecho de hablar en la lengua con la que mejor se sientan, pero si para defender lo de uno hay que denigrar lo de otros, lo único que se demuestra es una falta absoluta de argumento, y desde luego muy poca clase.
Mi consuelo es saber que éste es sólo el pensamiento de unos cuantos cuya pueril ceguera no les permite ver el bosque, y que otros muchos, de todas las tendencias saben discutir el problema sin ofender y exponiendo argumentos, como aquí.

Salir de la versión móvil