Descubrí este artículo: Empresa Informativa: Motivación en los estudios, ya hace algún tiempo (hace más de seis meses) y siempre quise comentarlo, pero se quedó en el tintero de los borradores.
Hoy tal vez lo veo con algo más de perspectiva, y aunque estoy de acuerdo al 99% en lo que dice, a pesar de que podría matizar algunas cosillas, sí hay algo que creo que se debe resaltar y que para mí es tal vez de lo más importante que he aprendido en la vida.
Yo siempre he sido una persona muy pragmática, de las que siempre pregunta los porqué y para qués de todo. Sin embargo creo que todo tiene su tiempo, y que a veces es muy difícil explicarle a alguien por qué le será útil en el futuro aprender algo.
Ellos no lo ven, porque no han alcanzado ese punto de madurez, y tal vez nuestra labor es enseñarles, intentando hacerles ver que algún día todo eso que hoy consideran inútil, le será de muchísima utilidad.
Por eso me resultó tan certero el famoso discurso de Steve Jobs en la Ceremonia de Graduación de la Universidad de Stanford. Porque habla precisamente de eso, de cómo muchas situaciones de nuestra vida que parecen no tener sentido, lo cobran en su momento adecuado.
Tal vez, parte de nuestro trabajo (y nada sencillo) sea ganarnos la confianza de nuestros alumnos, porque aunque la practicidad o utilidad de muchos temas sí podremos explicárselos, en otras ocasiones no podremos, y es por eso que ganarnos su confianza es fundamental para que nos acompañen en ese camino de aprendizaje mutuo que debe ser la Universidad.
Porque nunca dejamos de aprender, y aún hoy a veces me pregunto si debo emplear mi tiempo en algo o no. Pero yo si tengo la suerte de tener esas personas en las que confiar, ese mentor a quién no se cuestiona porque ha demostrado, en sobradas ocasiones, ser el perfecto guía de tu camino o, para no salirnos del tema de este blog, un perfecto acomodador de cine, que te guía con precisión hacia tu butaca.
En cualquier caso, el artículo de Pedro García Alonso es de los que todos los docentes deberíamos tener en cuenta cada día. Yo al menos lo intento.