Estoy llevando a cabo un trabajo en el que estoy recopilando información sobre TV móvil, y me ha sorprendido mucho el reciente anuncio de LG sobre el lanzamiento del primer terminal móvil con TV digital en España, y que según sus palabras: “El LG-HB620T es el primero en integrar receptor de televisión digital terrestre DVB-T (la misma TDT de nuestros televisores), y saldrá a la venta a principio de agosto… por un precio de 429 €“.
Pero no nos engañemos, al ser DVB-T y no DVB-H (lo que sería la TDT para dispositivos móviles, es decir una señal optimizada para aparatos en movilidad, que además conlleva un importante ahorro en el consumo de batería) equivaldría a ir con un televisor con antenas de cuernos por la calle, con una recepción de señal más que defectuosa.
¿Pero por qué me ha sorprendido? Porque tras todo lo leído, y las conversaciones mantenidas con personas que saben mucho más que yo de todo esto, como Antonio Delgado, tenía claro que el modelo de negocio aún no estaba definido dado que la incorporación del DVB-H como estándar dentro de Europa es algo que se ha producido muy recientemente, y todos los actores en este proceso aún siguen un poco a la expectativa de cómo se va a desarrollar.
O principalmente de cómo se van a conceder esas licencias. En principio pudiera ser que las actuales cadenas tuvieran algún tipo de preferencia para conseguir licencias de emisión en movilidad, pero también podría darse el caso de establecerse joint ventures (o como las hemos llamado toda la vida, UTE’s) para la explotación conjunta de la licencia entre un operador móvil y la cadena de televisión. De hecho Vodafone ya ha expresado su interés en optar al concurso.
Esta acción de LG podría ser un avanzadilla o un globo sonda para ver la aceptación por parte de la audiencia, como me comenta Antonio, pero lo que parece claro es que de momento, mientras no se concedan las licencias, seguimos muy por detrás de países como Japón o Corea del Sur donde la TV móvil ya es una realidad. Pero sobre todo, estamos retrasando una importante oportunidad para la industria audiovisual para la creación de nuevos (y ¿buenos?) contenidos para estas nuevas pantallas y consumos.
La tecnología de transmisión está; los terminales están, ¿a qué estamos esperando?