O al menos eso es lo que parece pensar los responsables de doblar series como por ejemplo Cinco Hermanos, de la que pude ver ayer un episodio en versión original, y casi me caigo de la silla porque me costaba reconocer a los personajes de Kevin Walker y su marido Tommy. Básicamente porque las voces que les han puesto en español se parecen a las originales como un huevo a una castaña. Es decir, nada.
Pero no es sólo el hecho de que sean voces diferentes, lo que ya es de por sí bastante molesto porque puede desvirtuar bastante la personalidad de un pesonaje. Sino además por el manido arquetipo de que los gays hablan en un tono chillón (como el que los franceses son cantarines). Estoy harta de topicazos que nos cambian el sentido de muchos personajes.
Pasa lo mismo con Dexter y su doblaje al español que merece un castigo divino (tal y como podéis comprobar en este vídeo), y también pasó de un modo escandaloso en el personaje de Niles Crane en la mítica serie Frasier.
A ver si es verdad que la TDT nos permite ver las series en versión original y dejamos de sufrir estas mutilaciones interpretativas. Mientras tanto, tendremos que seguir viendo las series su formato original, allá donde estén.