El otro día vi a Isabel Cepeda en Espejo Público, y me sorprendió gratamente que en esta ocasión no hablaba del caso de su marido Jesús Neira. También había visto su entrevista en CNN + en “Cara a Cara” en la que sí hablaba del caso Neira, pero en la que también destacó por su moderación y su mesura. Y aún más, resultaba fascinante no sólo escucharla sino observar su lenguaje corporal, con el que contaba mucho más tal vez de lo que pretendía.
Hoy leo en Tvlia que ha fichado por el programa de Antena 3 con lo que se convierte en tertuliana habitual, y este blog, al que sigo habitualmente, tacha la decisión del programa como “rastrera”.
Me temo que no puedo estar de acuerdo. Es cierto que las circunstancia en que Cepeda se ha hecho “popular” no son las mejores, pero a lo largo de todo este tiempo ha demostrado una educación exquisita y un saber estar que desde luego me gustaría que se convirtiera en la norma habitual de los personajes televisivos.
Tanto Cepeda como su marido son profesores universitarios y al margen de los acontecimientos que les han puesto en el espejo público están perfectamente cualificados para participar, aportar y enriquecer dichas tertulias.
Desde luego estoy segura de que sus intervenciones serán mucho más interesantes que las de Belén Esteban o Lequio, y ojalá las televisiones se llenaran de personas como ellos, y no de los cutrefamosillos que sólo gritan y montan escándalos.
En este caso, Susana Griso y Espejo Público han acertado.