Desde muy pequeña me han interesado las promos televisivas. Me encantaba verlas y descubrir luego que no se correspondía para nada con el producto ofertado. Sobre todo recordad aquellas grandilocuentes y espectaculares promos de Antena 3 para películas de clase B o C. Había mucho talento en aquellas promos 😉
Hoy en día, el mercado televisivo está tan saturado que el departamento de promos de un canal se las ve y se las desea para vender su producto, pero eso ayuda a desarrollar un proceso creativo que va más allá del producto en sí a vender.
Como muestra, estos dos ejemplos de los que no os quiero desvelar más:
Cada año dedicamos en mis clases de programación, un amplio apartado para las promos, y mi colección de ellas va mejorando con el tiempo. Sin duda este año va a ser muy divertido.
Vía: Microsiervos