Un género que parece no pasar de moda es el procedimental policíaco. Siempre con alguna variante. En esta ocasión Lincoln Rhyme es un prodigioso policía que acaba postrado en una cama al tratar de pillar al que será su archienemigo, el Coleccionista de Huesos. Años después, sólo el posible regreso de éste, anima al policía a volver a volver a investigar y para ello reclama la ayuda de la joven e inexperta agente de policía Amelia, que le servirá de ojos y piernas en los lugares de los crímenes.
Nada que no hayamos visto antes, pero es siempre un género entretenido.