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Carmena no informa, sentencia

Menudo lío se ha montado con la web Madrid Versión Original que se ha montado la alcaldesa Carmena para rebatir las informaciones aparecidas en medios de comunicación. Los colegas periodistas han ido desde la genialidad a la idea al ataque a la libertad de expresión. Pues ni lo uno ni lo otro.

Para que conste, me parece genial la idea de que cualquier institucion o empresa informe de sus actuaciones. El problema radica en cómo se ha hecho y no en qué se ha hecho. Y no sé si viene del pasado como jueza de Carmena, pero en esta web Carmena no informa, es como una serie de sentencias en las que el ayuntamiento madrileño rectifica algo sin posibilidad de matices, sin posibilidad de respuesta. Esta web nos ha sonado a pataleta del nuevo equipo municipal y a decir: pues ahora rompo la baraja y me monto mi propio chiringuito.

A ver, que informar directamente desde la institución o empresa era un concepto que ya existía hace mucho: desde las notas y comunicados de prensa, hasta las webs de comunicación de las instituciones donde pueden aclarar, rectificar y/o publicar lo que deseen. Por no hablar del derecho de rectificación que nos asiste legalmente.

Y sin embargo, y pese a todas las herramientas de comunicación existentes, el Ayuntamiento de Madrid decide que no es suficiente y que han de montarse una web para corregir a los medios. ¿Han probado a contestar a los periodistas que les llaman para contrastar información? Según me dicen algunos compañeros cada vez es más difícil que ningún responsable atienda a los medios de comunicación y mucho menos que de unas declaraciones.

El ayuntamiento tiene el derecho de informar de lo que le parezca conveniente. Faltaría más. Y desde ese punto de partida esta web es una gran iniciativa que esperemos se desarrolle y se amplíe a otras ciudadades. Pero no podemos olvidar que por otro lado los periodistas tienen la obligación de trasladar la información institucional a la ciudadanía y de garantizarles una información veraz y contrastada, y ningúna institución pública ni privada debería intentar cercenar o limitar esa obligación de la prensa y ese derecho de la ciudadanía.

 

 

 

 

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