Esta semana he centrado mi atención en Netflix, sobre todo para decidir si sigue mereciendo la pena pagarla, porque cada vez la uso menos. Y claro, a todos nos ha pillado por sorpresa el estreno de Bandernsatch, aunque admito que a no va a estar entre mis episodios favoritos de la magnífica Black Mirror. Pero también he descubierto Bad Blood, que no está mal, y ha empezado también Diablero, que tiene su punto sobrenatural.
Será que yo no soy muy jugona, pero a a mí a pesar del transfondo conceptual que sí me ha parecido muy interesante, el desarrollo narrativo me ha resultado cansino