Bush cambia su discurso

El Presidente Bush ya no sabe qué decir para justificar el ataque a Irak. Ahora nos cuenta que en realidad no es que Sadam Husein tuviera peligrosas armas de destrucción masiva que suponían un gran peligro para esa humanidad que él ha decidido salvaguardar. Sino que poseía los conocimientos necesarios para construir dichas armas.
Al final nos detendrán a todos.


Porque hablemos claro. Nosotros, peligrosos internautas, tenemos un más que fácil acceso a documentos que explican cómo construir explosivos. Y no hablemos de ese peligroso sujeto que, cometiendo la osadía de ir a una biblioteca, se le ocurra buscar algún libro de química que explique más o menos lo mismo.
Bush debería ver la película de Françoise Truffaut (no vamos a pedirle que lea el libro de su compatriota Bradbury), “Farenheit 451”, cuyo título hace referencia al grado de temperatura que necesita el papel para salir ardiendo. Esta película nos muestra una antiutopía en la que os libros están prohibidos y un grupo secreto de libros vivientes se esfuerzan por transmitir de boca en boca la antigua cultura. Y a veces me pregunto si realmente no vamos por ese camino.
Aunque mejor no le damos ideas.

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