Alejandro Amenábar: Escenografía

Iniciamos aquí una nueva serie de entradas sobre la escenografía en las obras de Amenábar.
Éste es un trabajo que hice el año pasado motivo por el cual aún no incluye datos sobre ‘Mar adentro’ película sobradamente comentada en este blog. No obstante considero que esta serie de entradas servirán para conocer un poco mejor a este director, y también un apartado técnico que tantas veces pasa desapercibido como es la escenografía.
Pero introduzcamos un poco el tema a tratar:
El cine para algunos es un arte, para otros una industria y para otros muchos es sólo un entretenimiento. De lo que no cabe duda es de que es una representación más o menos completa del mundo en el que operamos, como un espejo y a la vez como un modelo de lo social.
Y dentro de ese modelo, como reflejo de la sociedad a la que representa, un papel fundamental lo ocupa la escenografía de una película. Por ello en este trabajo pretendemos abordar la evolución que en esta campo ha tenido el trabajo cinematográfico de Alejandro Amenábar, desde sus primeros trabajos en cortometraje hasta su penúltimo largometraje estrenado.
El motivo de la elección de este director se debe por un lado, a la gran resonancia conseguida tras el estreno de su primer largometraje (rodado cuando contaba 23 años), así como la presunta evolución a nivel artístico que se ha visto en su, de momento, corta trayectoria, al contar sólo con cuatro largometrajes. Por otro lado, Amenábar es del tipo de directores que intervienen en todos los aspectos de la producción de un largometraje, como por supuesto la dirección, pero también la escenografía, el guión, la música, la dirección de actores… Por último, el creciente interés del público por el que parece ser un nuevo cine alejado de los tópicos temáticos de otras épocas, reflejado también en directores como Juanma Bajo Ulloa, Julio Médem, Álex de la Iglesia, o el propio Amenábar, nos parecían motivos más que suficientes para intentar estudiar su proceso creativo y así ver uno de los motivos por los que siempre ha contado con el favor del público y la crítica, casi de manera unánime.


El comienzo de esta nueva etapa cinematográfica del cine español habría que situarlo en diciembre de 1983 con la publicación de la “ley Miró” de protección a los proyectos de nuevos realizadores, que supuso una primera ola de 62 nuevos directores entre 1984 y 1989.
Desde entonces hasta hoy se han incorporado muchos nombres a esa lista de nuevos talentos como pueden ser Mariano Barroso, Icíar Bollaín, Daniel Calparsoro, Agustín Díaz Yanes, el propio Alejandro Amenábar, Isabel Coixet, Fernando León de Aranoa, Marc Recha, David Trueba, Santiago Segura o Javier Fesser, considerados como la punta de lanza de esta renovación del cine nacional.
Sin embargo, a diferencia de los años 60, con el movimiento denominado “Nuevo cine español” cuyos trabajos fueron también fruto del apoyo de las instituciones, pero que estaba conformado por un grupo de directores formados en la Escuela Oficial de Cine (EOC), los actuales no provienen de ninguna escuela oficial, y la mayoría de ellos ni siquiera han pasado por algún curso de formación en centros privados, sino que ha sido su experiencia a través del cortometraje la que les ha llevado donde están hoy.
En el caso que nos ocupa, Amenábar sí que se matriculó en la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, en la que, según sus propias palabras, pronto se dio cuenta de que no tenía mucho que aprender, puesto que allí nadie le hablaría de montaje, guión, sonido, fotografía, puesta en escena…
En realidad la cinefilia de Alejandro fue tardía, ya que sus padres preferían inculcar en sus dos hijos el habíto de la lectura, y tenían limitado el tiempo de visionado de televisión. Fue sin embargo un matrimonio vecino, formado por un americano trabajador de una base militar, y una ilicitana, quienes le mostrarían sus primeras películas a través del vídeo, y posteriormente su hermano, quién le inculcaría la afición por el cine en su versión original. Fue así como su hermano Ricardo y él empezaron a escribir historias, que incluían ya sus primeras viñetas ilustrativas.
Recursos:

  • HEREDERO, Carlos F. (1999): 20 nuevos directores del cine español, Alianza Editorial, Madrid. Pp. 11-17
  • AMENÁBAR, Alejandro (en prensa): Aulas y Jaulas, Madrid, El País. En SEMPERE, A. (2000): Alejandro Amenábar, cine en las venas, Nuer, Madrid. Pp. 23-24.
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