Que la sociedad actual está cambiando es una obviedad. Que la mujer ocupa un lugar autónomo e independiente en esta sociedad, cada día es más una realidad, al menos en nuestra cultura occidental.
Lo que realmente me sorprende es ver como algunos hombres jóvenes aún se aferran a esa idea de la mujer de hace 30 o 40 años en que mayoritariamente se dedicaban a “sus labores” o sea a cuidar de los hijos, el marido y atender la casa. Que no es poco.
La mujer de hoy ha decidido tener la oportunidad de escoger si quiere ser una profesional del hogar, o una profesional en cualquier otro ámbito. Pero en muchos casos, no cuenta con el apoyo del hombre, y muchas veces incluso, su pareja se convierte en un obstáculo a salvar.
Yo misma a veces me sorprendo diciéndole a una amiga: “Tu marido es un encanto. Hay que ver que lleva todos los días vuestros hijos al colegio”
Pero a nadie se le ocurre pensar que una madre es un encanto por esa misma razón, trabaje o no.
Todo esto viene a cuento porque últimamente he escuchdo un par de excusas que claman al cielo.
Situación nº 1:
Madre que la entretienen en el trabajo y ve como no llega a tiempo a recoger a su hija al colegio a las 15 h. Llamada de rigor al padre (ex-marido), y diálogo tal y como sigue:
– Por favor ve a recoger la niña que me es imposible llegar a tiempo
– Perdona pero estoy comiendo con unos amigos y no querrás que me levante de la mesa y los deje así.
Situación nº 2:
Madre que se reincorpora al mercado laboral tras una larga pausa, y que de repente le dicen que ha de personarse en su trabajo a las 17 h. Llamada de rigor al padre (ex-marido), y diálogo tal y como sigue:
– He conseguido el trabajo, por favor, recoge a la niña a las cinco que para mañana ya me organizo yo.
– Perdona pero hoy no estoy de humor para tener a la niña, así que no cuentes conmigo.
Prometo que estas dos conversaciones son verídicas. Y sí. Ya sé que no todos los hombres son igual de impresentables. Que no todos los ex-maridos, ex-amantes, ex-parejas se dedican a fastidiar por el siemple hecho de fastidiar. Y sí, sé que son mayoría los padres que adoran a sus hijos y pelean por estar con ellos algo más de tiempo.
Tal vez por eso aún me sorprende que haya energúmenos de este calibre, recién salidos de Altamira, que en vez de mujer-compañera-esposa, sólo buscan a alguien que les limpie la casa, le cuide los niños, y le caliente la cama.
Este ser existe. Yo lo conozco. Lamentablemente no es el único. Pero necesitaba escribir sobre él para desahogarme.
Es común, y solemos sentirnos culpables por ser mujeres de progreso que no necesitan a un hombre para que sea proveedor; si no como pareja.. y dista mucho esto.
!Qué razón tienes, Judith!
Llevan años diciendo que quieres mujeres fuertes e independientes, y ahora que las tienen, no saben como afrontar que ya no les “necesitamos” y que sólo estamos con ellos porque así lo queremos.
Efectivamente, infinidad de veces he tenido que acudir a mi trabajo con mi niño y jamàs se le ocurriò a mi marido hacer lo mismo. Aún no entienden que en el trabajo se nos exije igual que a ellos y por tanto muchas veces el niño es un obstàculo, lo que no significa que mi hijo es y serà la razòn de mi vida