El País publica hoy un bonito editorial sobre la protección infantil contra la telebasura que perfectamente podría ser un ejemplo para los estudiantes de periodismo de cómo rellenar cuatro párrafos y no decir absolutamente nada.
Como muestra un botón (las negritas son mías):
Y yo voy a añadir algo incluso más obvio que todo este editorial, que ya es decir:
Las soluciones son muy sencillas:
1.- Obligar a cumplir la directiva comunitaria al respecto.
2.- Crear de una vez el órgano audiovisual independiente con potestad para determinar lo que está dentro de los límites y lo que no. Si ya funciona en la mayoría de países europeos, no sé por qué nosotros íbamos a ser distintos.
Me da la sensación que mientras los programas de la tarde tengan esas audiencias que dicen que tienen -y, por lo tanto, esa publicidad con los ingresos correspondientes- no hay nada que hacer. “La pasta es la pasta” se dice, ¿no?.
No tengo mucha fe puestas en que el Gobierno ZP resuelva este asunto, como tampoco lo resolvió, ni hizo nada por ello, el Gobierno Aznar.
Saludos.
¿Para erradicar la telebasura hay que incrementar la programación infantil? Sinceramente no comprendo la relación, salvo que quienes conducen el cotarro tengan asumida la infantilidad global de sus espectadores.
Perry, uno de los problemas de la televisión es que la programación infantil prácticamente ha desaparecido, siendo sustituida normalmente por… telebasura. Sí hay una relación: una ocupa el lugar de la otra.
Otra cuestión es que erradicar la telebasura es una simple cuestión de voluntad.