En uno de mis habituales rasgados de vestiduras ante la espectacularización del acontecimiento, puse a caldo los programas de cirugía estética que estaban proliferando en Estados Unidos, aun antes de haber visto ni uno solo de los capítulos.
Es lo que tiene la ignorancia, que a veces es muy osada. Y por eso me toca hoy rectificar (por segunda vez), aunque sea en parte.
Entre otras variaciones del tipo, mencionaba en dicho artículo a Extreme Makeover y su asombrosa galería de fotos. Y lo que sobre el papel parecía una tremenda banalidad, una vez visto (se emite por People + Arts) toma un giro inesperado.
Los candidatos a semejante “cambio radical” son personas que por cuestiones médicas o circunstanciales han visto desmejorado su físico hasta el punto de causarles un grave problema de inseguridad. Mujeres sometidas a mastectomías, paladares hendidos, hombres que han adelgazado 90 kilogramos en un año, o algo tan sencillo como que tus circunstancias vitales te han echado 20 años encima.
Lo que este equipo de cirujanos, estomatólogos, dietistas y estilistas hacen es que el seleccionado recupere la confianza en sí mismo a través de una mejora sustancial en su imagen, y dado que ésta es vital hoy en día, no creo que un programa así pueda ser reprobado.
Además, ahora hemos empezado a ver la nueva edicion del programa: ‘Extreme makeover: Home Edition” (también visible en España a través de People + Arts), en el que un equipo de arquitectos y diseñadores toman por asalto una casa y en una sola semana la convierten en un pequeño palacio.
Nuevamente los candidatos son minuciosamente escogidos por sus circunstancias personales. En el último capítulo vimos un matrimonio irlandés con dos hijos que además esperaban trillizos, y la madre del marido debía dormir en el garaje para poder ayudar con la guardería que allí había. En otra ocasión, un matrimonio cuya hija menor había sufrido un cáncer, había dejado la casa abandonada hasta tal punto que prácticamente no era habitable. Ni que decir tiene que son familias que no cuentan con los recursos necesarios para afrontar las reformas allí realizadas, ni otras mucho más modestas y menos ambiciosas.
Por eso empiezo a flaquear en cuanto a mi guerra contra la espectacularización, porque, a fin de cuentas, si aceptamos que una ONG utilice imágenes desgarradoras para movernos la conciencia, tal vez no sea descabellado pensar que el “show business” pueda beneficiarse de un poco de espectáculo, cuando a la vez consiguen un gran beneficio para esas personas. Un poco de quid pro quo.
4 comentarios en «Concursos de cirugía no, pero….»
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Tu reseña, Sonia, me parece un sincero y admirable ejercicio de autocrítica, que ya, desde esa mera perspetiva, merece todo mi apoyo y reconocimiento. Pero pienso, sinceramente, y sin ánimo de rebatir tu argumentación, que el quid (en este caso, sin que sea pro quo) de la cuestión, no radica en justificar moralmente el uso de imágenes “fuertes” (por denominarlas de alguna manera) por parte de entidades con ánimo de lucro basándose en el hecho de que también las utilizan determinadas ONG’s, sino abogar porque estas últimas abandonen dichas prácticas, dado que constituyen un ejercicio notoriamente inmoral en la medida en que manipulan la sensibilización de las personas hacia quienes dirigen sus mensajes.
Me parece bien que se busque un impacto, pero hay que medir muy bien los límites y los raseros.
Un cordial saludo.
Si consideramos que la imagen “… es vital hoy en día…” lógicamente estos programas siempre tendrán cabida.
Operaciones de este tipo se hacen todos los días sin necesidad de acudir a un reality. Ayer, sin ir más lejos, conocíamos el caso de un niño africano al que dentro de poco operarán en Barcelona para reconstruirle ambas manos, pues su padre se las había quemado, siguiendo un consejo espiritual, por haber robado un puñado de frutos secos.
El excesivo culto a la imagen está trayendo muchos problemas a nuestra sociedad: superficialidad, falta de valores, trastornos alimenticios, pérdida de autoestima, depresión, problemas para encontrar trabajo, dictadura de las tallas, tiranía de las cadenas de tiendas de moda, etc., etc.
Hombre Javier, entiendo que el culto a la imagen es la llave a a prostitución moral de la sociedad pero de ahí a comparar a malena gracia con una operada de mastectomía…
dejémonos de tapujos, si cualquiera (y te incluyo) vemos a alguien que se sale de los canones de “normalidad” cambiamos el gesto por lo que es mas que aceptable que por su salud psicológica intente solucionarlo
no hace mucho vimos a la Milá siguiendo el caso de una chica con un problema facial derivado del sida a la que se le implantaba grasa corporal en la cara para atenuar su total ausencia… y que quieres que te diga, si eso la ayudaba a aceptarse y ser feliz… para eso estamos ¿no?
Buenas tarde le estoy escribiendo porque quisiera se comunicaran con migo me gustaria hablar de mi proxima cirugia